Hipertensión: 8 claves para reducir el riesgo

La hipertensión arterial (HTA) es una enfermedad crónica que no presenta síntomas en la mayoría de los casos. Surge como consecuencia del alto nivel de presión arterial, fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cada vez que el corazón late. Los valores se miden en:

  • Presión sistólica -o máxima-: presión de la sangre en los vasos sanguíneos cuando se contrae el corazón.
  • Presión diastólica -o mínima-: presión entre latidos cuando el corazón se relaja.

Los factores desencadenantes de hipertensión pueden ser:

  • Sobrepeso u obesidad (esta última aumenta entre 2 y 3 veces el riesgo de HTA).
  • Diabetes.
  • Tabaquismo.
  • Sedentarismo.
  • Dieta pobre en frutas y hortalizas y consumo excesivo de alcohol, cafeína, sodio, grasas.
  • Estrés.
  • Uso de algunos anticonceptivos.

Complicaciones
Si no es tratada ni controlada con cambios en el estilo de vida y fármacos (en los casos en que lo anterior no sea suficiente), la hipertensión puede alterar el funcionamiento del corazón, los riñones, las arterias y el sistema nervioso central.
Como resultado, aumenta el riesgo de…

  • Daño en los vasos sanguíneos (arterioesclerosis).
  • Ataque cardíaco, enfermedad cardíaca hipertensiva (causa de hipertrofia -engrosamiento- de los ventrículos –cavidad en que se divide el corazón-), insuficiencia cardíaca congestiva.
  • Daño o insuficiencia renal.
  • Daño cerebral o ataque cerebrovascular (ACV).
  • Pérdida de la visión.

Prevención y tratamiento
Afortunadamente, existen medidas que permiten mantener la presión arterial controlada y disfrutar de una buena calidad de vida.
Tanto la prevención como el tratamiento de la hipertensión se relacionan con cambios en el estilo de vida, indispensables para mejorar el control de la presión arterial y disminuir el riesgo de otras afecciones. Estas son:

  1. Reduzca el consumo excesivo de sodio. La sal favorece la acumulación de líquidos en los tejidos, lo que genera una compresión de las arterias que aumenta la presión arterial. La medida: menos de 1 cdita. de sal x día.
  2. Modere el consumo de grasas totales. En exceso, este nutriente favorece la acumulación de placas que bloquean las arterias, aumentando la presión arterial. Además incrementa el riesgo de obesidad abdominal, situación que también incide en el desarrollo de hipertensión, entre otras complicaciones.
  3. Controle la ingesta de cafeína y, si bebe alcohol, hágalo en forma moderada. La cafeína y el alcohol contribuyen a aumentar la presión arterial. Para reducir la ingesta de la primera, reemplace las bebidas que la contienen (café, té, mate, bebidas cola) por té de hierbas, jugos light, café descafeinado y bebidas light de otros sabores. Con relación al alcohol, recuerde que solo 2 vasos de vino favorecen el aumento de la presión arterial. Siempre que sea posible, reemplace este tipo de bebidas por otras sin alcohol y, cuando quiera beber, recuerde el límite de 1 vaso por día para la mujer y hasta 2 vasos en el día para el hombre.
  4. Mantenga un peso sano. Si tiene sobrepeso u obesidad realice una alimentación rica en cereales integrales, frutas, hortalizas y carnes rojas magras y blancas (pollo sin piel y pescado, preferentemente de mar). Disminuya grasas, sodio y prefiera lácteos descremados. Controle las porciones y distribuya sus comidas con un espacio de entre 1 y ½ horas como mínimo y 3 horas como máximo. Acompañar esto con un programa de actividad física le permitirá alcanzar un peso saludable y mantener la presión arterial bajo control.
  5. Deje de fumar. El tabaquismo daña la flexibilidad de los vasos sanguíneos aumentando el riesgo de presión arterial alta y accidentes vasculares y cardíacos. Existen numerosas opciones que pueden ayudarlo a dejar de fumar, consulte con su médico. Si no fuma, haga respetar su derecho a un espacio libre de humo porque el tabaquismo pasivo también produce efectos nocivos.
  6. Aprenda a manejar el estrés. Una mala respuesta al estrés hace que su corazón se sobrecargue, trabaje más rápido, se estrechen los vasos sanguíneos y aumente la presión arterial. Aprenda técnicas de respiración y relajación y procure una actitud positiva.
  7. Manténgase activo. Los ejercicios aeróbicos (caminar, andar en bicicleta, nadar, bailar…) hacen que el corazón y los vasos sanguíneos trabajen mejor y favorece la pérdida y/o el control del peso.
  8. Tome los remedios como le indicó su médico. Cuando los cambios mencionados son insuficientes para mantener controlada la presión arterial, el médico prescribe fármacos anti-hipertensivos. Para que la medicación sea efectiva, debe formar parte de su rutina habitual tal como cepillarse los dientes o ponerse las medias.

Por último recuerde que para completar el control, es indispensable que se mida la presión arterial con la frecuencia que su médico le indique y que registre los valores con la fecha para mostrárselos en la próxima consulta.

IMPORTANTE. Aun cuando su médico le recete fármacos, usted debe hacer todos los cambios en el estilo de vida para que los remedios actúen de modo eficaz y con el objetivo de disminuir la cantidad de medicación necesaria.

 

 

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