Monóxido de carbono: Claves de prevención

Durante épocas de bajas temperaturas aumenta el uso de calefacción y los ambientes permanecen cerrados, incrementando el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono (CO). 
Este químico altamente peligroso se produce como consecuencia de la combustión incompleta del gas natural o cualquier otro elemento que contenga carbono, especialmente cuando las instalaciones se encuentran en mal estado, están ubicadas en lugares inadecuados o existe insuficiente ventilación.

El CO es muy tóxico porque no se detecta a través de los sentidos ya que es incoloro, inodoro e insípido.

Las tres causas más frecuentes de intoxicación son:

  1. Ausencia de ventilación. 
  2. Conductos obstruidos por nidos de pájaros. 
  3. Mal funcionamiento e instalación de calefones en baños y cocinas. Las estadísticas muestran que el 75% de los accidentes fatales por monóxido de carbono se deben a calefones con funcionamiento incorrecto.

Cómo actúa en el organismo
Al inhalar monóxido de carbono, el tóxico ingresa con la respiración a través de los pulmones, luego se traslada al torrente sanguíneo y ocupa rápidamente el lugar del oxígeno en los glóbulos rojos. Como consecuencia, el corazón, el cerebro y el cuerpo sufren la falta de oxígeno y presentan signos de toxicidad.
Aunque los síntomas varían entre las personas, están en mayor riesgo los niños pequeños, las personas mayores, quienes tienen una enfermedad cardíaca o pulmonar, aquellos que viven en grandes altitudes y las personas que fuman. 
La exposición, aún durante un período breve, puede producir daños irreparables. alterando el funcionamiento del sistema nervioso y provocando desde cambios de humor y cefaleas permanentes hasta lesiones neurológicas.

Señales y medidas de urgencia
Una persona con señales de intoxicación puede presentar:

  • Problemas respiratorios.
  • Dolor en el pecho y en la cabeza.
  • Somnolencia.
  • Debilidad muscular.
  • Irritabilidad.
  • Latidos cardíacos anormales rápidos.
  • Convulsiones.
  • Náuseas y vómitos.
  • Deterioro del juicio.
  • Pérdida del conocimiento.
  • Coma, estado de shock.

Si encuentra una persona que inhaló monóxido apague el artefacto, llévela a un sitio donde pueda respirar aire fresco y busque ayuda médica de inmediato.

¿Su casa es segura?
Repase las medidas de seguridad y verifique si cumple con todas ellas en su casa u oficina. Recuerde que el uso de artefactos que funcionan a gas y querosén aumentan el riesgo de intoxicaciones con monóxido de carbono.

  1. Verifique que la llama de su cocina sea de color azul. En caso de que sea amarilla, naranja o rojiza, llame a un gasista matriculado.   
  2. Revise anualmente por un gasista matriculado el funcionamiento de calefones, estufas, termotanques, cocinas a gas, salamandras y calderas para controlar si existe alguna pérdida antes de encender los artefactos cada otoño. 
  3. Revise que los conductos de ventilación no hayan sido tapados por suciedad o nidos de aves.
  4. Al comprar artefactos que funcionan a gas, controle que tengan el logotipo de modelo aprobado. 
  5. Evite la instalación de calefones en el baño y no utilice artefactos que NO sean de tiro balanceado. 
  6. No use salamandras o estufas a querosén. Y, en caso de hacerlo, retirarlas del ambiente antes de acostarse. 
  7. Apague las estufas antes de salir del hogar. 
  8. Deje siempre rendijas de 5 cm abiertas para permitir la circulación de aire y la renovación con el exterior.
  9. Nunca use las hornallas del horno o la cocina para calentar el ambiente.
  10. Si tiene dudas sobre la posibilidad de alguna pérdida, cierre la llave de paso del gas después de usar los artefactos mientras espera la visita del gasista.

Para evitar la intoxicación por monóxido ponga en práctica la propuesta “VENTANA ABIERTA” de Red Solidaria.
Consiste en abrir 5 cm la ventana más cercana en su casa, la oficina, la escuela, la facultad o el hospital.
Además de revisar las instalaciones, ventilar los ambientes es la medida más segura de prevención.

 

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