ACV: cómo reconocerlo y actuar de inmediato

El accidente cerebrovascular (ACV) consiste en la interrupción del flujo de sangre a una parte del cerebro, ya sea porque un vaso sanguíneo se bloquea o se rompe, generando una falta de sangre y oxígeno en las células cerebrales, las cuales pueden morir y causar un daño permanente en quien lo padece.
Este cuadro puede clasificarse en:

Factores de riesgo
Aunque antes era más frecuente en personas mayores, está aumentando los casos en personas de 50 años debido al estilo de vida actual que se caracteriza por la combinación de… 

  • Sedentarismo.
  • Exceso de grasas, azúcares y sodio; falta de frutas, hortalizas, pescados de mar y granos integrales.
  • Tabaquismo.
  • Obesidad abdominal: una cintura mayor a 85-90 cm en las mujeres y 95-100 cm en los hombres. 

Estos factores incrementan el riesgo de arterias estrechas, colesterol alto, hipertensión, sobrepeso y diabetes, principales causas de ACV. 
Debido a que todos son modificables (son parte del estilo de vida de cada persona), para los especialistas no es correcto hablar de “accidente” cerebrovascular sino de ataque. ¿Por qué? Porque el “accidente” no se puede evitar y el ataque sí. 

Cómo prevenir
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), si las personas tomaran conciencia e intentaran modificar sus hábitos, se podría disminuir en un 80% la mortalidad por causas cardiovasculares incluyendo el ACV.

Para ello, es conveniente…

  • Realizar actividad física en forma regular (210 minutos semanales; es decir: 30’ por día todos los días de la semana).
  • Controlar la hipertensión y tomar la medicación si el médico se la prescribe.
  • Disminuir el consumo de sal y grasas saturadas y trans.
  • Mantener un peso saludable.
  • Abandonar el cigarrillo.

Cada segundo que sigue a un accidente cerebrovascular (ACV) mueren 32.000 neuronas, lo que equivale a 1,9 millones por minuto. En ese mismo lapso, se pierden también unos 12 kilómetros de fibras nerviosas.

Signos de alarma 
Las señales que tenés que tener muy en cuenta son la aparición repentina de las 5 “C”:
Cuerpo: adormecimiento en la cara, piernas y brazos, principalmente de un lado.
Confusión: problema repentino para hablar o entender.
Ceguera: dificultad repentina para ver. Visión nublada, turbia o borrosa uni o bilateral.
Caminata: dificultad para coordinar los movimientos y alteraciones del equilibrio.
Cabeza: dolor fuerte o severo sin causa aparente.
Ante estas señales, concurra a una guardia hospitalaria de inmediato.

Si creés ser testigo de un ACV pedile a la víctima que…
-Sonría: observá si levanta solo una parte del labio (asimetría facial).
-Levante ambos brazos: fijate si uno queda más levantado que el otro o directamente hay un brazo que no puede levantar (parálisis braquial).
-Pronuncie una frase simple y coherente: observá si es capaz de hacerlo correctamente o utiliza palabras equivocadas (alteración del habla).
Si la persona presenta dificultades para una o más de estas consignas, llamá a emergencias de inmediato.

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