AUTOCONTROL: Estrategias para mejorarlo

Algunos se irritan, se enojan, estallan emocionalmente. Otros se paralizan, no encuentran respuesta. Y otros se detienen y reflexionan, inspiran profundo, evalúan posibilidades y eligen la que les parece más adecuada.
Quienes pueden actuar de esta última forma han desarrollado la fortaleza del AUTOCONTROL, ya que son capaces de regular sus deseos, emociones y conductas con el fin de obtener alguna recompensa posterior. 
Íntimamente ligada con la conquista de metas a largo plazo, la persona con autocontrol puede mantenerse consciente acerca de aquello que quiere por encima del placer que encierra una reacción inmediata. Como consecuencia, evalúa la situación y adecua su respuesta para que no se interponga con su interés superior. 
Según la Real Academia Española, la definición de templanza es “moderación, sobriedad y continencia”. Para alcanzar esta virtud es preciso desarrollar tres fortalezas:
– El autocontrol, para manejar los impulsos y favorecer un correcto dominio de las emociones.
– La prudencia, para evitar los excesos a través de la sensatez y la moderación.
– La humildad, para protegernos de la soberbia y la arrogancia.
Afortunadamente el autocontrol puede desarrollarse. A continuación te mostramos cómo hacerlo.

Claves para el éxito
Nuestro cerebro tiene un sistema frio-caliente:

  • Mientras las emociones calientan nuestra mente con señales inmediatas de gratificación (“rápido”, “ya”).
  • La reflexión lo enfría enviando señales que enlentecen (“cuidado”, “después”, “informate”, “pensá”). 

Como disponemos de ambos sistemas en simultáneo, tendrá mayor autocontrol quien pueda detenerse un segundo antes de reaccionar para tomar la decisión que responda a su interés superior. Algunas formas de ejercitar este sistema son:

  • Revisá tu motivación. Cuando existe una razón fuerte para el autocontrol este es más efectivo. Al pensar en tus objetivos evaluá cuidadosamente qué ventajas o beneficios obtendrás a cambio y tenelos bien presentes. Podés hacer carteles y pegarlos a la vista, notas en tu agenda, post – it en  la pantalla de la computadora o alarmas en el celular. 
  • Aplicalo en la calle. Dejá de insultar al manejar, controlá el uso innecesario de la bocina, esperá la señal verde para avanzar. Si sos peatón, no cruces hasta que no estés habilitado para hacerlo.
  • Comprometete con alguien que querés. Si te cuesta mantenerte activo o hacer dieta, iniciá un programa con un amigo o familiar bajo el firme compromiso de hacerlo al pie de la letra “solo una semana”. Una vez terminado el plazo, renueven el compromiso y vayan ampliándolo progresivamente.
  • Refugiate en el silencio. Frente a una discusión no pronuncies palabra. Simplemente detenete en la emoción que estés sintiendo, contá hasta 10 y respirá profundo. Esos segundos en que lleves oxígeno te traerán la calma necesaria para controlar la situación y las emociones.
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