“Bajar un cambio”: la tendencia para vivir mejor

Suena el despertador. Lo apagás y al segundo sobreviene el agobio: “Otra vez lo mismo”. El día se repite como una burla al sentido común. “Atrapado en el tiempo” es el nombre de este filme también conocido como “Día de la marmota”.
No hay momento libre, no hay horario disponible, no hay energía (“¡qué querés!… si termino agotad@”). Y así… todos los días.
Las situaciones diarias ponen a prueba nuestra capacidad de respuesta: demandas, exigencias, responsabilidades y conflictos personales a veces se superponen haciéndonos sentir que no podemos hacerles frente en simultáneo; algo que tarde o temprano amenaza nuestro bienestar.
A partir de esto, la pregunta es: ¿estás viviendo o solo existiendo? La respuesta, a veces, es esquiva. 
Algunas señales de sobre exigencia, son:
Físicas:

  • Dolor de cabeza o contractura en cuello y hombros.
  • Mal descanso: pocas horas, despertares frecuentes, cansancio matutino.
  • Opresión en el pecho, palpitaciones.

Psicológicas:

  • Preocupación constante.
  • Desborde emocional, miedo de perder el control.
  • Estar acelerado, incapacidad de relajarse.
  • Insatisfacción y disgusto con lo cotidiano.
  • Dificultad para disfrutar.

Si te sentís identificado, poné en práctica los recursos para “bajar un cambio”.

Qué es “Start living”
En español significa “empezar a vivir”, y se trata de una propuesta que busca aprender a controlar las demandas cotidianas para reducir las preocupaciones, disminuir la auto exigencia y saber cuáles son nuestras prioridades y nuestro propósito.
Para conseguirlo, es importante comprender en primer lugar que aquello que para uno es “estresante” no necesariamente lo sea para otra persona. Esto se debe a que cada uno tiene un sistema de creencias que lo conduce a evaluar las circunstancias de la vida de un modo muy personal. 
Algunas personas, por ejemplo, pueden pasar sus vacaciones sin ninguna obligación y en lugares soñados pero su mente no les da respiro porque sigue atada a las preocupaciones. Otras no tienen un minuto libre y viven a las corridas y, sin embargo, consiguen hacer cosas que le causan placer, tienen un entorno contenedor y saben administrar sus prioridades, tienen hábitos saludables y a pesar del ritmo de vida se sienten satisfechos.
Habrá tantas variables como seres humanos. Por eso “Start living” es una forma de encarar el día a día dejando un espacio para la reflexión y el estado de atención plena que nos permita construir la vida que merecemos a partir de aquello que tenemos, incluyendo nuestras actividades cotidianas. 
Los recursos están. La decisión es tuya. 

Decálogo para poner en marcha

  1. Aprendé a reconocer las señales y los estresores. Ciertas manifestaciones físicas y psicológicas pueden dar los primeros indicios de tensiones sin control.  Relacionarlas con las fuentes que originan el malestar es indispensable para saber cuáles son las situaciones, personas o espacios donde deberás hacer modificaciones que te permitan “empezar a vivir”.
  2. Buscá respuestas. Preguntá hasta entender, excavá hasta encontrar el propósito. Experimentá hasta descubrir tu pasión. 
  3. Decí “no”. Dejar de actuar como los demás esperan es liberador. La honestidad con vos mismo es el primer paso para empezar a vivir. 
  4. Asumí compromisos con vos mismo. Si pusieras tanta responsabilidad con tu bienestar como la que volcás en el trabajo o la familia seguramente priorizarías mejor tus necesidades. Dedicate tiempo para hacer lo que más te guste o aquello que postergás. 
  5. Dejá de rumiar. El pensamiento rumiante es aquel que se repite interminablemente en la cabeza. Estos pensamientos negativos que dan vueltas y vueltas hacen que muchas veces tengamos una visión distorsionada de los hechos y tomemos  decisiones equivocadas. También generan ansiedad. Si te reconocés dando vueltas a un asunto sin resolver, reflexioná si está podés hacer algo para modificar lo que te incomoda y hacelo. Si no es así, dejalo ir.
  6. Ponete en acción a pesar del miedo. El temor a ser juzgado o a equivocarse cierra las puertas a los cambios, reduce la posibilidad de nuevas experiencias. Si tu integridad no está en juego, el solo hecho de animarte a algo que postergás ya es positivo en sí mismo más allá del resultado.
  7. Disfrutá el silencio. La experiencia consiste en recostarse sin hacer nada, cerrar los ojos y escuchar el sonido del silencio durante 10 minutos, sin interferencias. Ayuda apagar los celulares y cualquier otra fuente de distracción. Si lo hacés a diario puede convertirse en tu espacio para recuperar la calma.
  8. Disfrutá de las pequeñas cosas. Prepará comidas ricas, compartí momentos con amigos o familia. En vez de tomarlos como algo más de la rutina de supervivencia, convertí esos momentos en una celebración.
  9. Si te falta alegría, elaborá un plan. Mantenerse ocupado y a las corridas, trabajar todo el día y llegar extenuado… ¿es tu idea de “éxito”? Si así es y funciona, muy bien. Si esto no te produce bienestar, armá un “Plan B”.
  10. Desdramatizá. Eso que parece malo también pasará. Esto no significa quedarse atado a situaciones conflictivas o dolorosas sino, por el contrario, perder el miedo a enfrentarlas y cambiar lo que sea necesario. Al final del camino lo único importante será la satisfacción que sientas por haberte animado.
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