Embarazo y adolescencia

Algunas adolescentes planean y desean su embarazo, pero en muchos casos no es así. Todavía son muchas las que no saben cómo evitar el embarazo debido a la falta de educación sexual, a la vergüenza asociada a solicitar servicios de anticoncepción, al costo de los anticonceptivos o la dificultad de acceso. También es real que algunas adolescentes no puedan negarse a mantener relaciones sexuales no deseadas u oponerse a las relaciones sexuales forzadas que suelen ser sin protección.
Debido a esta realidad, el Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes (DPEA) o World Contraception Day (WCD) es una campaña educativa que tiene como objetivo principal crear conciencia entre los jóvenes para que conozcan las diferentes alternativas anticonceptivas que existen y puedan tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y salud reproductiva, con el fin de prevenir el alto índice de embarazos no planificados en adolescentes que ocurren a nivel mundial.

Si bien desde 1990 se ha registrado un descenso considerable, aunque irregular, en las tasas de natalidad entre las adolescentes, un 11% aproximadamente de todos los nacimientos en el mundo se producen todavía entre muchachas de 15 a 19 años. La gran mayoría de esos nacimientos (95%) ocurren en países de ingresos bajos y medianos.

Consecuencias para la salud
Cada año se practican unos 3 millones de abortos peligrosos entre muchachas de 15 a 19 años, lo que contribuye a la mortalidad materna y a problemas de salud prolongados.
La procreación prematura, además, aumenta el riesgo tanto para las madres como para los recién nacidos. En los países de ingresos bajos y medianos, los bebés de madres menores de 20 años se enfrentan a un riesgo un 50% superior de mortalidad prenatal o de morir en las primeras semanas de vida que los bebés de mujeres de 20 a 29 años. Cuanto más joven sea la madre, mayor el riesgo para el bebé.
Además, los recién nacidos de madres adolescentes tienen una mayor probabilidad de registrar peso bajo al nacer con el consiguiente riesgo de efectos a largo plazo.

Consecuencias económicas y sociales
El embarazo en la adolescencia puede también tener repercusiones sociales y económicas negativas para las muchachas, sus familias y sus comunidades.
Muchas adolescentes embarazadas se ven obligadas a dejar la escuela. Una adolescente con escasa o ninguna educación tiene menos aptitudes y oportunidades para encontrar un trabajo. Esto puede también tener un costo económico para el país, puesto que se pierden los ingresos anuales que una mujer joven hubiera ganado a lo largo de su vida de no haber tenido un embarazo precoz.

La respuesta de la OMS

El embarazo adolescente no es el factor que contribuye a la mortalidad materna sino el aborto inseguro e ilegal. De ahí que en la mayoría de países desarrollados la mortalidad materno/fetal haya descendido pese a que en EEUU o Australia también hay adolescentes.

Frente a esta realidad, la OMS publicó junto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) una lista de directrices sobre la prevención de los embarazos precoces y la reducción de los resultados negativos para la reproducción.

Las medidas que los países podrían adoptar consisten en seis objetivos principales:

  1. Reducir el número de matrimonios antes de los 18 años.
  2. Fomentar la comprensión y el apoyo a fin de reducir el número de embarazos antes de los 20 años.
  3. Aumentar el uso de anticonceptivos por parte de las adolescentes a fin de evitar el riesgo de embarazo involuntario.
  4. Reducir las relaciones sexuales forzadas entre las adolescentes.
  5. Reducir los abortos peligrosos entre las adolescentes.
  6. Incrementar el uso de servicios especializados de atención prenatal, en el parto y posnatal por parte de las adolescentes.

La Organización Mundial de la Salud asegura, además, que “para prevenir embarazos involuntarios y abortos peligrosos, los países deben formular políticas propicias y adquirir compromisos financieros con el fin de proporcionar una educación integral en materia de sexualidad; un amplio abanico de métodos anticonceptivos, incluidos los anticonceptivos de urgencia; asesoramiento en materia de planificación familiar; y acceso a un aborto sin riesgos y legal”.
Desde el punto de vista individual, es indispensable acompañar a las adolescentes en su crecimiento, brindarles información confiable, darles acceso a la consulta ginecológica y a los métodos anticonceptivos más convenientes.
La educación sexual, sin dudas, es la mejor herramienta de prevención.

Más información
-Organización Mundial de la Salud, Embarazo Adolescente: https://bit.ly/2HfmDPR
-“Es tu vida” – CELSAM (Centro Latinoamericano de Salud y Mujer) https://bit.ly/2dfe58k
-Ministerio de Salud de la Nación, Hoja de ruta, Atención de niñas y adolescentes menores de 15 años embarazadas: https://bit.ly/2KGutk5

Asesoramiento:
Dra. Susana Mazzarino, Directora Médica
Dr. Facundo Pellicari, Médico de Familia

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