Fibromialgia: qué es y cuáles son sus señales

La fibromialgia es un síndrome que causa dolor muscular y fatiga general. 
Quienes presentan esta condición a menudo experimentan dolor crónico (por mucho tiempo).
Las áreas o “puntos sensibles” pueden ser especialmente dolorosos cuando se ejerce presión sobre ellos. Los puntos más comunes son la parte posterior de la cabeza, los codos, los hombros, las rodillas, las articulaciones de la cadera y alrededor del cuello.

Suele ser un síndrome más frecuente en las mujeres, en especial entre los 35 y 60 años.


Aunque la fibromialgia suele ser malinterpretada, los síntomas no son imaginarios. 

SÍNTOMAS
Los síntomas de la fibromialgia pueden incluir:

  • Aumento de la sensibilidad al dolor.
  • Dolor profundo o ardor que empeora con la actividad, el estrés, los cambios climáticos u otros factores.
  • Rigidez muscular o espasmos.
  • Dolor que se mueve alrededor del cuerpo.
  • Sensación de entumecimiento u hormigueo en manos, brazos o piernas.
  • Sentirse muy cansado o fatigado (sin energía), incluso cuando duerme lo suficiente.
  • Problemas para dormir.

Además, las personas que tienen fibromialgia a menudo también tienen uno o más de los siguientes síntomas:

  • Ansiedad, depresión
  • Síndrome de intestino irritable
  • Síndrome de piernas inquietas
  • Mayor sensibilidad a los olores, luces brillantes, ruidos fuertes o medicamentos
  • Dolores de cabeza, migrañas o dolor en la mandíbula
  • Ojos o boca secos
  • Mareos y problemas de equilibrio
  • Problemas con la memoria o la concentración
  • Períodos menstruales dolorosos

CAUSAS
Este síndrome puede ser hereditario, lo que significa que es posible que tengas familiares con síntomas similares.
Se ha descubierto una asociación débil entre la fibromialgia y otros eventos de la vida, entre ellos:

  • Enfermedad u otras afecciones.
  • Situaciones estresantes o traumáticas, como accidentes automovilísticos.
  • Trastorno de estrés postraumático (TEPT).
  • Lesiones repetitivas.
  • Obesidad.
  • Lupus.
  • Artritis reumatoide.

DIAGNÓSTICO
Desafortunadamente, algunas personas con fibromialgia pueden tardar años en obtener un diagnóstico correcto por muchas razones. 
Los principales síntomas de la fibromialgia son dolor y fatiga. Estos también son síntomas comunes de muchos otros problemas de salud, como el síndrome de fatiga crónica, el hipotiroidismo y la artritis.
Como actualmente no hay pruebas de laboratorio o radiografías que puedan diagnosticar la fibromialgia, es posible que lleve algún tiempo comprender todos los síntomas y descartar otros problemas de salud para llegar a un diagnóstico preciso. 
Durante la consulta es importante abordar el historial médico personal y familiar. 
Además el médico realiza un examen físico que puede incluir aplicar presión a los puntos sensibles del cuerpo. 
Un análisis de sangre permitirá descartar cualquier otra afección con síntomas similares a la fibromialgia. 
En ocasiones se realiza una interconsulta con un reumatólogo para evaluar el dolor en las articulaciones y los tejidos blandos.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO

La fibromialgia no puede prevenirse porque se desconoce su causa exacta.
Como es una afección crónica, habrá momentos en que la fibromialgia puede “brotar” y los síntomas empeorarán y otros en que la persona se siente mucho mejor. La buena noticia es que los síntomas se pueden controlar.
Varios medicamentos pueden ayudar a reducir los síntomas. Muchos de estos medicamentos se toman antes de acostarse y ayudan a reducir el dolor y a mejorar el sueño.
Las medidas de autocontrol en las que el paciente asume la responsabilidad de hacer lo necesario para controlar la fibromialgia de manera eficaz, son las más importantes.
Encontrar apoyo. El apoyo puede provenir de un equipo de atención médica, así como de amigos y familiares. Por ejemplo, pedir a un amigo que acompañe en el ejercicio o asistir a grupos de apoyo específicamente para personas que tienen fibromialgia.
Tomar los medicamentos exactamente como fueron recetados. Los medicamentos suelen prescribirse para reducir el dolor, mejorar el estado de ánimo y dormir mejor. Para que sean eficaces es fundamental seguir las indicaciones del médico.
Hacer ejercicio moderado en forma regular. El ejercicio puede reducir el dolor, aumentar la energía, disminuir el estrés y mejorar el descanso. Por lo general, es mejor comenzar con ejercicios aeróbicos de bajo impacto (por ejemplo, caminar o gimnasia en el agua) durante un corto período de tiempo, algunos días a la semana. A medida que disminuye el dolor y aumenta la energía, es posible aumentar gradualmente la intensidad y la frecuencia del ejercicio.
Reconocer el estrés y tomar medidas para reducirlo. El estrés empeora los síntomas de la fibromialgia. Los signos de estrés pueden incluir una sensación de tensión en los hombros o el cuello, malestar estomacal o dolor de cabeza. Desafortunadamente, no hay una manera de deshacerse por completo del estrés en la vida. Sin embargo, todos podemos trabajar para modificar la forma en que reaccionamos al estrés. Por ejemplo, puede ser útil reservar un tiempo a diario para practicar técnicas de respiración profunda o meditación.
Establecer hábitos de sueño saludables. La falta de sueño puede empeorar los síntomas de fibromialgia. Y el aumento del dolor dificulta el sueño reparador. Para evitar quedar atrapado en este ciclo es fundamental tener hábitos de sueño saludables. Algunas medidas incluyen evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse, ir a la cama y levantarse a la misma hora todos los días (incluidos los fines de semana) y limitar las siestas durante el día.
Tomar decisiones saludables. Seguir una alimentación sana y equilibrada, limitar la cantidad de alcohol, dejar de fumar y bajar de peso si fuera necesario.

Fuente: Academia Americana de Médicos de Familia

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