HIPERTENSIÓN: Identikit de una enfermedad silenciosa

La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias cada vez que el corazón late. Los valores se miden en presión sistólica -o máxima- y presión diastólica -o mínima-. Estos valores pueden variar durante el día y ante diversas situaciones. Por ejemplo: durante la mañana o cuando estás nervioso, la presión arterial suele ser más alta; en cambio cuando dormís, reposás o durante momentos de calma, la presión arterial tiende a ser más baja. Quien presenta pre-hipertensión está más predispuesto a desarrollar presión arterial alta en algún momento de su vida. Sin embargo, esta situación se puede modificar con cambios en el estilo de vida.
Si existe un aumento sostenido de la presión más allá de los valores recomendados (ver tabla) se habla de hipertensión o “presión alta”, y los grados son variables. Los valores altos, para confirmar un diagnóstico de hipertensión, deben presentarse sin la presencia de una enfermedad aguda concomitante como, por ejemplo, contractura cervical, cefalea, traumatismo; y sin tomar fármacos antihipertensivos.

Vale aclarar que en los niños se debe tomar la presión a partir de los 3 años según recomendación de la Sociedad Argentina de Pediatría y al menos una vez hasta la adolescencia. A diferencia de los adultos, se maneja por tablas (percentilos).

 Síntomas
La mayoría de las veces no se presentan señales claras de presión alta. En otras oportunidades, en cambio, los síntomas incluyen…
-Dolor de cabeza a nivel de la nuca.
-Zumbido o ruido en el oído
-Latidos cardíacos irregulares
-Hemorragia nasal
-Cansancio
-Alteraciones en la visión
Sin embargo, en la mayoría de los casos, esta enfermedad crónica no presenta señales visibles, por eso se la conoce como “mal silencioso”.  La buena noticia es que, aunque la hipertensión es una enfermedad crónica, es posible mantenerla bajo control  mediante modificaciones en el estilo de vida.

Qué hacer

  • Si no sabés si sos hipertenso medí tu presión arterial al menos 1 ó 2 veces al año (especialmente si tenés sobrepeso u obesidad). Realizar este control es fácil, no genera molestias ni demanda mucho tiempo.
  • Si se te diagnosticó hipertensión seguí adecuadamente las recomendaciones de tu médico en lo que respecta a alimentación, ejercicio, hábitos saludables y la toma de medicamentos si te los recetan. Es la única forma de evitar futuras complicaciones ya que cuando el curso de la sangre se ve alterado u obstruido, el corazón debe bombear más fuerte que lo normal, aumenta la presión arterial y esto afecta diferentes órganos y funciones del organismo.

Complicaciones
Si no recibís tratamiento para la hipertensión o, a pesar de tener indicaciones de tu médico, no las seguís en forma adecuada, aumenta tu riesgo de:

  • Pérdida temprana de la lucidez.
  • Accidente cerebrovascular: bloqueo de las arterias del cerebro.
  • Pérdida de la visión -ceguera- por rotura o bloqueo de los pequeños vasos sanguíneos del ojo.
  • Insuficiencia cardíaca. Como consecuencia del bombeo rápido y fuerte del corazón los músculos se hacen cada vez más débiles, pierden elasticidad y el órgano se expande.
  • Ataque cardíaco: bloqueo en las arterias del músculo cardíaco que al sufrir una privación de oxígeno lleva al infarto.
  • Insuficiencia renal: estrechamiento y disminución del flujo de sangre en las arterias que van a los riñones.
  • Disfunción eréctil: por mala irrigación hacia el pene.

“3 A”: Claves para la prevención y el tratamiento
Aunque en algunos casos son necesarios los fármacos anti hipertensivos para controlar la presión arterial, estos no quitan la necesidad de seguir indicaciones que se relacionan con cambios en el estilo de vida.
Es importante destacar que, además del control clínico, existe consenso según la Sociedad Argentina de Cardiología en solicitar laboratorio, electrocardiograma y ecocardiograma de rutina en el control periódico de salud de las personas hipertensas.

Resumidas en “Las 3 A”, las medidas para controlar la presión arterial, incluyen:

ALIMENTACIÓN SALUDABLE. 6 porciones de frutas y hortalizas todos los días. ¿Cómo?

  • Aumentá…
    -Frutas y verduras: 6 al día  de todos los colores.
    -Cereales integrales, legumbres y semillas.
    -Pescado de mar.
    -Líquidos no calóricos: 2 a 3 litros diarios.
  • Comé diariamente…
    -Carnes magras o pollo sin piel hasta 1 porción.
    -3 porciones de lácteos descremados.
    -Huevos, hasta 1.
    -Aceite de soja u oliva medido con cuchara de postre.
  • Disminuí…
    -Sal.
    -Azúcares y dulces.
    -Alcohol: mujer, 1 copa; hombre, 2 copas.
    -Gaseosas azucaradas.
    -Fritos.
    -Cafeína: reemplazala por té de hierbas y bebidas descafeinadas.

ABANDONO DEL SEDENTARISMO. Movete  todos los días entre 30 y 45 minutos. ¿Cómo?

-Caminá, usá la bici, bailá cualquier ritmo.
-Estacioná más lejos o bajá antes del transporte para caminar.
-Arreglá el jardín, sacá a pasear a tu perro o al del vecino.
-Organizá salidas que incluyan alguna actividad física: excursiones, parques o museos.
-Jugá con tus hijos, sobrinos o nietos.
-Hacé trabajo de fortalecimiento con pequeñas mancuernas o botellitas de agua.
-Levantate en las tandas de la tele, pausá la serie, estirate y caminá alrededor de la mesa.
Cualquier trabajo físico que realices, suma. El ejercicio ayuda a que el corazón y los vasos sanguíneos trabajen mejor, y es un efectivo antídoto contra la hipertensión arterial.

ACCIONES ANTI-ESTRÉS. Al estar estresado el corazón trabaja más duro y más rápido y se estrechan los vasos sanguíneos, aumentando la presión arterial. Además, el estrés facilita la producción de cortisol, hormona que: aumenta el apetito, favorece el depósito de grasa en el abdomen, daña las arterias. Controlá sus emociones y disfrutá del ocio. ¿Cómo?

  • Actitudes:
    -Cambiá lo que sea posible.
    -Sé realista.
    -Compartí, no te quedes solo.
    -Reite seguido con amigos, familiares, películas, videos.
  • Energía:
    -Organizá la agenda.
    -Delegá tareas.
    -Hacé espacio a lo que más te gusta.
    -Planificá.
    -Hacé listas y carteles ayuda-memoria.
  • Ocio:
    -Escuchá música.
    -Aprendé algo nuevo.
    -Leé más.
    -Hacé crucigramas.
    -Jugá juegos de mesa.
    -Dormí una siesta.
    -Anotate en un club.

Asesoramiento:
Dra. Susana Mazzarino, Directora Médica
Dr. Facundo Pellicari, Médico de Familia

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