Intoxicaciones alimentarias: claves para evitarlas

Las altas temperaturas y la humedad proveen las condiciones propicias para el desarrollo de microorganismos en los alimentos, los cuales favorecen enfermedades conocidas como intoxicación alimentaria.
Conocer las características de los microorganismos más frecuentes y los cuadros que producen es indispensable para tomar medidas de prevención y cuidar tu salud y la de tu familia.

Salmonella
Produce graves infecciones gastrointestinales. Los síntomas incluyen:

  • Náuseas, vómitos.
  • Dolor abdominal o de cabeza.
  • Diarrea.
  • Escalofríos.

Estas señales se presentan entre las 12 y 24 horas posteriores a la ingestión del alimento contaminado y persisten durante 2 ó 3 días, según la gravedad del caso.
En verano, el agua es una importante fuente de contaminación al igual que los pescados y los mariscos.
Sin embargo, lo más común es encontrarla en el huevo crudo y las preparaciones que lo incluyan en ese estado (mayonesa casera, helado de sambayón, p. ej.). Los lácteos, cremas y salsas de procedencia desconocida también son alimentos riesgosos.

Qué hacer

  • Consumir huevos cocidos.
  • Evitar las preparaciones que lo contengan crudo (como la mayonesa casera, por ejemplo).

Clostridium Botulinum
Aunque menos frecuente, la intoxicación por este germen es más peligrosa porque las toxinas botulínicas atacan el sistema nervioso de manera irreversible. Los síntomas incluyen:

  • Desmayos.
  • Vómitos, náuseas.
  • Sequedad de la piel y boca.
  • Parálisis y visión doble.

Estas señales se registran a los 3 días de consumido el alimento contaminado.
El germen contamina el agua y es capaz de vivir sin oxígeno, por lo que sus lugares preferidos son los enlatados y conservas, sobre todo las preparadas en forma casera.

Qué hacer

  • No comprar latas abolladas.
  • Someter los frascos de conservas caseras cerrados y limpios a un hervor de aproximadamente 5 minutos.

10 reglas de higiene alimentaria

Las siguientes normas fueron elaboradas por la Organización Mundial de la Salud para mantener los alimentos y el agua seguros y libres de microorganismos perjudiciales para su salud.

  1. Consumir alimentos que hayan sido tratados en forma higiénica. Por ejemplo: leche pasteurizada o hervida y refrigerada (conservada en heladera), carnes refrigeradas o congeladas, hortalizas y frutas adecuadamente lavadas.
  2. Cocinar suficientemente los alimentos y evitar partes crudas. Esto garantiza la destrucción de los gérmenes.
  3. Comer los alimentos inmediatamente después de cocinarlos para evitar la proliferación de microbios.
  4. Guardar cuidadosamente los alimentos cocidos. Si no van a ser consumidos enseguida colocarlos en la heladera, el congelador o el freezer. No dejarlos a temperatura ambiente.
  5. Calentar suficientemente los alimentos cocidos. La mejor manera es a fuego mínimo durante el tiempo necesario para que el interior del alimento quede bien caliente. En el caso de alimentos que se consumen fríos es conveniente consumirlos apenas se retiran de la heladera.
  6. Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocidos para prevenir la contaminación cruzada. No usar los mismos utensilios en ambos y limpiar adecuadamente las superficies de contacto (tablas, platos, mesadas).
  7. Asegurar una correcta higiene tanto de la persona encargada de manipular los alimentos como del lugar donde se cocina. Los utensilios, paños, rejillas y las paredes de la cocina son fuentes de contaminación si no se los lava con agua, jabón y lavandina frecuentemente.
  8. Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales domésticos. Estos contaminan no solo los alimentos que eligen para comer sino también aquellos con los que toman contacto a su paso.
  9. Utilizar agua potable de red o potabilizarla con 2 gotas de lavandina por litro de agua o hirviéndola durante 5 minutos.
  10. Cubrir y proteger los alimentos que deban quedar expuestos a temperatura ambiente como las frutas, por ejemplo.
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