Qué es la “Maternity Blue”

Algunas mujeres atraviesan un periodo de tristeza en los primeros días después del parto. Este sentimiento se caracteriza por las siguientes señales, aunque cada mamá puede experimentarlas de forma diferente:

  • Sentimientos de decepción.
  • Llanto sin motivo aparente.
  • Irritabilidad.
  • Impaciencia.
  • Ansiedad.
  • Intranquilidad.

Estas sensaciones suelen desaparecer al poco tiempo, en la mayoría de los casos sin tratamiento, y por lo general está asociada al importante cambio de rutina en la vida cotidiana y las demandas físicas del nuevo bebé, los cambios en el cuerpo y la falta de descanso, aspectos que día a día se van reacomodando sin presentar mayores inconvenientes.
Sin embargo, cuando persisten durante más de 2 semanas, es posible que se trate de un cuadro de “depresión post-parto” también conocida como “Maternity Blue”, que incluye una intensidad y variedad de síntomas diferentes entre los cuales es posible destacar:

  • Tristeza, desesperanza.
  • Fatiga o agotamiento.
  • Falta de concentración, confusión.
  • Temor de dañar al recién nacido o a sí misma.
  • Cambios de humor caracterizados por exagerada euforia o depresión.
  • Disminución de la libido (deseo sexual).
  • Sentimientos de culpabilidad, baja autoestima, aislamiento.
  • Llanto incontrolable y sin causa aparente.
  • Preocupación, atención exagerada o falta de interés por el recién nacido.
  • Cambios en el apetito.
  • Perturbaciones del sueño (dificultad para conciliar el sueño o, contrariamente, exceso de sueño).
  • Resentimiento

En este cuadro clínico no hay uno sino múltiples factores que lo originan, entre ellos:

  • Cambio de roles (como esposa y madre).
  • Cambios hormonales durante el parto y después de él.
  • Estrés.
  • Antecedentes personales o familiares de depresión.
  • Conflictos de pareja.
  • Personalidad muy estructurada o con tendencias obsesivo compulsivas.
  • Miedo constante al fracaso y fuertes sentimientos de culpa.
  • Situaciones de estrés durante el embarazo. Por ejemplo: cambio o pérdida del trabajo, problemas con su pareja, muerte de algún ser querido, mudanza, etc.
  • Embarazo no planeado.

Diagnóstico
Dado que la depresión después del parto puede ser, además de perjudicial para la mamá que la sufre, riesgosa para el hijo recién nacido (en muchas oportunidades los cuidados básicos e indispensables del bebé no son cubiertos), es muy importante consultar con un profesional.
El diagnóstico incluye una evaluación física y psicológica completas, además de los antecedentes familiares de enfermedades depresivas, entre otras afecciones mentales.

Tratamiento
Aunque varía para cada mujer en particular, suele incluir:

  • Control del estrés y clases de relajación.
  • Apoyo de otras madres (grupos de apoyo, clases educativas).
  • Terapia psicológica individual o de pareja.
  • Medicamentos (fármacos hormonales o antidepresivos).

La combinación de estas herramientas permite delinear un tratamiento efectivo que ayude a la mujer a recuperar su equilibrio emocional y disfrutar la alegría de la maternidad criando un hijo sano.

Cómo prevenir

  • Evitar la autoexigencia. La perfección no existe.
  • Conversar con otras madres recientes para nutrirse de diferentes experiencias.
  • Mejorar la organización sin ser extremista.
  • Armar un plan diario con propósitos a cumplir y tareas para delegar.
  • Reservar un tiempo para el cuidado personal y el descanso.
  • Pedir ayuda.

Asesoramiento:
Dra. Susana Mazzarino, Directora Médica
Dr. Facundo Pellicari, Médico de Familia

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