Mónoxido de carbono: 10 claves para evitar el envenenamiento

Durante las épocas de bajas temperaturas aumenta el uso de calefacción y los ambientes permanecen cerrados, incrementando el riesgo de intoxicación por monóxido de carbono (CO).
Este químico se produce como consecuencia de la combustión incompleta del gas natural o cualquier otro elemento que contenga carbono, especialmente cuando las instalaciones se encuentran en mal estado, están ubicadas en lugares inadecuados o existe insuficiente ventilación.
La peligrosidad de esta sustancia radica en que es muy tóxica y no se detecta a través de los sentidos ya que el CO es incoloro, inodoro e insípido.

Cómo actúa en el organismo
Al inhalar monóxido de carbono, el tóxico ingresa con la respiración a través de los pulmones, luego se traslada al torrente sanguíneo y ocupa rápidamente el lugar del oxígeno. Como consecuencia, el corazón, el cerebro y el cuerpo sufren su falta y presentan signos de toxicidad.
Aunque los síntomas varían entre las personas, quienes están en mayor riesgo son los niños pequeños, las embarazadas, las personas mayores, quienes tienen una enfermedad cardíaca o pulmonar, aquellos que viven en grandes altitudes y los fumadores.
La exposición, aún durante un período breve, puede producir daños irreparables, alterando el funcionamiento del sistema nervioso y provocando desde cambios de humor y cefaleas permanentes hasta lesiones neurológicas.

Qué artefactos lo producen
Todos aquellos que queman materiales combustibles como gas, gasolina, kerosene, carbón, petróleo o madera. Las chimeneas, las calderas, los calentadores de agua o calefones y los aparatos domésticos como las estufas y hornallas de la cocina o los calentadores a kerosene, también pueden producir monóxido de carbono si no están funcionando bien, e incluso los autos detenidos con el motor encendido despiden esta peligrosa sustancia.

Señales de ALERTA
Es importante aprender a reconocerlos para tomar medidas inmediatas:

  • A bajos niveles de exposición: falta de aliento, náuseas y mareos ligeros.
  • A niveles moderados de exposición: dolor de cabeza, mareos, confusión mental, somnolencia, presión arterial baja, latidos cardíacos irregulares y debilidad muscular, náuseas o desmayo.
  • A niveles altos de exposición: los anteriores en combinación con problemas respiratorios, convulsiones, latidos cardíacos anormales o rápidos, pérdida del conocimiento, coma, estado de shock.

Si vos o alguien de tu familia tiene los síntomas mencionados:
-Acudí inmediatamente a un lugar donde pueda RESPIRAR AIRE FRESCO. Abrí las puertas y ventanas, apagá los aparatos que utilizan combustibles y salgan de la casa.
-Vayan a una SALA DE EMERGENCIA y avisen al médico que sospechan que tiene un envenenamiento con monóxido de carbono. Puede diagnosticarse con una prueba de sangre inmediatamente después de haber estado expuesto a dicha sustancia.

Asesoramiento:
Dra. Susana Mazzarino, Directora Médica
Dr. Facundo Pellicari, Médico de Familia

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