NUTRICIÓN SANA: Piedra libre a la comida “chatarra”

También conocida como “comida basura”, el adjetivo “chatarra” se usa para hacer referencia a ciertos alimentos o preparaciones poco saludables o de escaso valor nutritivo debido a que…

  • Contiene altos niveles de calorías, grasas saturadas y trans, sal y/o azúcares.
  • Aporta una bajísima proporción de vitaminas, fibra y otras sustancias como antioxidantes y fitoquímicos, nutrientes indispensables para mantenerse sano.

Accesible en la compra y fácil de consumir, la comida chatarra no solo se consigue en locales de comida rápida sino, además, en quioscos, góndolas de los supermercados y máquinas expendedoras de lugares de trabajo, shoppings, hospitales, subtes y colegios.
De hecho dentro de esta categoría se incluyen, por ejemplo:
*La gaseosa común que comprás para la cena.
*Las papas fritas congeladas que te ahorran tiempo en la cocina.
*Los snacks que agregás para una picada o el cumple de los chicos.
*Los panchos, la pizza y las empanadas del fin de semana.
*La comida que pedís al delivery de vez en cuando.
*La comida congelada y la pasada por el fast food después del cine.
*Las golosinas y chocolates, las galletitas…
Como ves, nuestro ambiente multiplica las opciones de conseguir y consumir estas ofertas de alimentos con exceso de grasa y sodio y bebidas azucaradas poco convenientes. Sin embargo, esta comida y bebida no están “prohibidas”. Lo importante es que pasen de ser la primera elección y a ser un gusto que podés darte de vez en cuando.

¿Es adictiva?
Según los resultados de un estudio realizado por el Instituto de Investigación The Scripps, en California -USA-, durante el consumo de comida chatarra se activan las mismas zonas del cerebro que cuando alguien es adicto a una droga como la nicotina, por ejemplo, presente en el tabaco. Los expertos aseguran que en ambos casos ocurre un progresivo deterioro en los circuitos cerebrales de la recompensa por lo que si una persona ingiere habitualmente comida chatarra porque le da placer, a medida que lo hace la respuesta de bienestar desencadenada en el cerebro se va reduciendo, por lo que debe aumentar las cantidades, y así termina perdiendo el control de su comportamiento alimenticio.
Biológicamente nuestro circuito de recompensa es compartido tanto por estímulos naturales (comida y sexo) como artificiales (drogas de adicción), lo cual podría explicar por qué las recompensas naturales podrían volverse adictivas (muchas personas con problemas con el peso corporal se “automedican” con comida ante cuadros afectivos).
Sin embargo, esto no es todo: el exceso de grasas, sodio y azúcares sobre estimula al centro de recompensa y lo hace vivir necesitándolos… ¡en demasía!
El problema, entonces, no solo reside en nuestro cerebro sino en que las personas que satisfacen su necesidad de placer de manos de comida chatarra están entrando en un peligroso círculo vicioso: comer más para sentirse mejor y a medida que esto pasa empeora la salud.
Si sentís que no podés ser moderado (esto es: incluir 1 o 2 gustos semanales de comida chatarra), lo mejor será negarte a probarla durante un tiempo, al menos hasta que encuentres otros placeres que te permitan reemplazar a la comida chatarra y que reemplaces las bebidas azucaradas por las versiones sin azúcar ya que este ingrediente es tan adictivo como las grasas.

3 APORTES CALÓRICOS PARA TOMAR CONCIENCIA
Considerando una dieta promedio de 1500 calorías diarias para la mujer y 1800 para el hombre, en una sola comida podemos sumar:
*OPCIÓN 1. Hamburguesa doble (540 cal.) + Papas fritas grandes (400 cal.) + Sundae de vainilla con cobertura de dulce de leche (335 cal.) + 1 vaso de gaseosa común (120 cal.) = 1395 calorías.
*OPCIÓN 2. 3 empanadas fritas de carne (280 c/u = 840 cal.) + Sundae de vainilla con cobertura de chocolate (330 cal.) + 1 vaso de gaseosa común (120 cal.) = 1290 calorías.
*OPCIÓN 3. 2 porciones de pizza media masa de muzzarella  (450 c/u = 900 cal.) + Cono de vainilla (170 cal.) + 1 vaso de gaseosa común (120 cal.) = 1190 calorías.

 

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