Nutrientes saludables: qué comer para aumentar las defensas

No sólo el cuerpo humano es más susceptible al frío y la humedad, sino que los cambios climáticos y el descenso de la temperatura aumentan las probabilidades de enfermedades. 
Según el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, desde el comienzo del otoño aumenta la incidencia de catarro, resfrío y gripe debido a la disminución de la humedad y, además, porque el frío favorece el encierro de las personas obligándolas a pasar más tiempo en su casa compartiendo gérmenes.
Por otra parte, el cambio climático “seca” la vía nasal, lo que permite que entren bacterias y virus al sistema aumentando el riesgo de enfermedades infecciosas respiratorias, y los cambios repentinos en la temperatura obligan al sistema de defensas a un mayor esfuerzo ya que le toma horas al cuerpo “aclimatarse”. 
Sin embargo, a pesar de esta tendencia, el sistema inmunitario cuenta con “defensas de temporada”. 
Un estudio realizado por la Universidad Estatal de Ohio, demostró que los ratones, de manera natural, aumentan sus defensas a medida que la luz diurna disminuye a finales del verano y durante el otoño. Al parecer, los humanos hacemos lo mismo, especulan los científicos, lo que nos permite prepararnos para el desafío climático y prevenir las afecciones más comunes durante otoño e invierno.
Más allá de esto, además de cuidar su alimentación, es importante…

  1. Lavarse las manos varias veces al día para evitar esparcir bacterias o virus (algo que, como todos sabemos, también es indispensable para reducir la propagación y el contagio de coronavirus). 
  2. Limitar el contacto con personas que tengan estas afecciones porque el contagio es sumamente rápido.

Nutrientes y defensas


Con una alimentación equilibrada en la que se incluyan los siguientes nutrientes, podrás reforzar tu sistema inmunitario y prevenir las típicas afecciones otoñales.
*Vitamina C. Casi todas las vitaminas ayudan a fortalecer el sistema inmunológico. Sin embargo, la vitamina C es una de las más beneficiosas. Típicamente asociada con la prevención de las afecciones respiratorias, su función antioxidante transforma a los alimentos que la contienen en aliados de la salud. Por eso, las frutas cítricas resultan muy valiosas en la alimentación diaria y, sin dudas, la naranja es la representante de este grupo por excelencia por ser una importante fuente de vitaminas y minerales (betacarotenos, vitamina C y potasio).
Además de su función antioxidante, aumenta las defensas y ayuda a mejorar la asimilación del hierro de origen vegetal.
Sus fuentes alimentarias son: 
-Frutas: frutillas, grosellas, kiwi, melón, mango, limón, naranja, pomelo y mandarina.
-Hortalizas: repollitos de Bruselas, coliflor, ají morrón y tomate.

El jugo de naranja (como de cualquier otro cítrico), debe ser consumido inmediatamente luego de su preparación, porque si se lo expone al aire y a la luz, sufre la pérdida de una importante proporción de vitamina C. 


*Vitamina E. También tiene acción antioxidante y, además…

  • Contribuye al funcionamiento de músculos, vasos sanguíneos y sistema nervioso. 
  • Mejora las defensas.
  • Acelera la cicatrización de las quemaduras.
  • Previene y disuelve los coágulos sanguíneos. 

Se encuentra en aceites vegetales crudos, Germen de trigo, Frutas secas, Semillas
*Betacarotenos. Debido a sus cualidades antioxidantes, defienden al organismo de los efectos perjudiciales de la contaminación y la polución ambiental. Además, protegen la salud de la piel, la visión y mejoran la respuesta inmunológica.
Se encuentran en: 
-Hortalizas: acelga, ají morrón, espinaca, tomate, repollo colorado.
-Frutas: cítricos, kiwi, frutillas, duraznos y damascos, melón y sandía.
*Zinc. Mineral que previene infecciones y aumenta las defensas porque protege el sistema inmunológico.
Se encuentra en carnes rojas y cereales fortificados para desayuno.
*Selenio, Mineral de función antioxidante.
Se encuentra, básicamente, en pescados y cereales integrales.

 

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