PANTALLAS: ¿Demasiado conectado? 4 claves para darse cuenta

El uso excesivo de tecnología puede invadir la vida cotidiana y producir desequilibrios que, en personas susceptibles, aumentan el riesgo de trastornos psicológicos.
Para recalibrar la relación con el mundo tecnológico, psicólogos de la Universidad de Rochester -Nueva York- eligieron cuatro elementos vitales para el desarrollo sano y funcional de una persona y revisaron si se encuentran interrumpidos o influenciados negativamente por los nuevos dispositivos.
Repasemos juntos cada uno de estos elementos vitales para reflexionar sobre el lugar que tiene la tecnología en nuestra vida:

  1. Autonomía

Este elemento hace referencia a sentir que nuestras actividades son elegidas y mantenidas exclusivamente por nosotros mismos. Es importante porque la sensación de control sobre nuestra propia vida nos permite organizar las prioridades y establecer límites alrededor de ellas.
Quienes no tienen suficiente control en esta área pueden sentirse a la deriva, ser más vulnerables a los impulsos, vivir reaccionando en vez de accionando; y el mal uso de la tecnología puede invadir esta independencia.

Qué hacer

  • Apagar el celular durante las comidas o encuentros familiares.
  • Ponerse horarios para contestar los mails y estar disponible (no todo debe ser en línea).

Recientes investigaciones demuestran que crecen, en forma paralela, el descontento, la infelicidad y la depresión junto con el avance tecnológico. ¿Será porque nos sentimos como el burro corriendo detrás de la zanahoria? Cuando finalmente alcanza la última versión de la consola, del celular o de la computadora… ¡ya salió otra mejor!

  1. Autoconfianza

Es indispensable para una vida emocionalmente sana. El problema puede surgir cuando esa autoconfianza está presente si tengo un celular inteligente, una tableta o una computadora portátil (o si los comentarios de las cosas que posteo son muchos y positivos).
En ese caso la persona vive pendiente de los avances tecnológicos y de la opinión ajena y su autoconfianza no es una fuerza interior motora que impulsa la curiosidad y el cambio.

Qué hacer

  • Decidir cuáles son las actividades importantes para nuestra vida cotidiana.
  • Comprometerse en realizarlas de la manera más efectiva posible y recurrir a la tecnología sólo cuando sea necesario.
  • Si debemos usar algo y no sabemos cómo, aceptar el desafío de aprender (no por eso se es menos valioso).
  • Revisar si está pendiente de chequear a cada rato la reacción de sus seguidores a algún posteo. Ese puede ser un signo de alarma.

 

  1. Compañía

Cultivar las relaciones sociales y sentirse cerca de otros es vital para el bienestar y para la salud. Sin embargo, un mal uso de la tecnología puede amenazar este factor de crecimiento personal.
Algunas personas recurren a sus dispositivos para aislarse del entorno (en ocasiones incluso no se dan cuenta de ese efecto) desconectándose de las relaciones personales normales. Es así que Facebook, Instagram Twitter y otras redes sociales son, a veces, solo la apariencia de “comunicación” y una exhibición innecesaria de la vida privada.

Qué hacer

  • Pasar más tiempo real (no virtual) con amigos.
  • Favorecer encuentros cara a cara.
  • Valorar la importancia de la familia y del entorno.

«Si el tiempo es dinero, y tengo una computadora a mano para seguir produciendo en casa… ¿por qué apagarla?”.  ¡Porque eso no te hará más feliz!  La falta de separación entre trabajo y hogar puede dañar las relaciones personales y aumentar el estrés. Está comprobado.

  1. Pensamiento crítico

Una de los mayores orgullos para quienes viven conectados es el “7 x 24 x 365”… ¿qué significa? En línea los 7 días de la semana, las 24 horas del día y los 365 días del año.
Sin embargo, es precisamente esta conexión permanente la que puede entorpecer el juicio, el pensamiento crítico. La capacidad de analizar y evaluar la avalancha de información es indispensable para poder ser críticos a la hora de tomar decisiones.
Si no tomamos la debida distancia de esta vertiginosa fuente de bits y bytes la reflexión se dificulta.

Tener datos no es tener información; tener información no es tener conocimientos y tener conocimientos no es tener sabiduría.

Qué hacer

  • Hacer foco en buscar en la red lo que se necesita. Si fueras a la biblioteca, no mirarías todos los libros sino aquellos se relacionan con el tema que buscás. Con internet es lo mismo.
  • Después que tenemos lo necesario hay que procesarlo. Hacer funcionar la cabeza, relacionar los temas, sacar conclusiones.
  • Luego, con sabiduría, llevar a la práctica lo que aprendido.
  • Otras acciones útiles son:
    • Cerrar las ventanas que se abren automáticamente.
    • Instalar servicios anti-virus en la computadora.
    • Usar el tiempo en la máquina (o el celular) con un objetivo claro y un límite de tiempo.

Si ponés en práctica las soluciones verás cuánto tiempo te queda libre para… VIVIR.

Asesoramiento:
Dra. Susana Mazzarino, Directora Médica
Dr. Facundo Pellicari, Médico de Familia

 

 

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