PREGOREXIA: Cómo vencer el temor a engordar durante el embarazo

La obsesión por no aumentar de peso durante el embarazo lleva a muchas mujeres a alimentarse mal durante esta etapa biológica tan importante.
La mayoría de las mujeres que hayan pasado por un embarazo sabe que esta etapa es como una “luna de miel” en la alimentación: los permitidos aumentan, los gustos se esconden detrás de “antojos” y nadie se atreve a juzgar negativamente a la embarazada que coma de más. 
Sin embargo, en esta generalidad hay dos extremos: por un lado, las mujeres con sobrepeso u obesidad que necesitan de un mayor control alimentario debido a las complicaciones que puede representar el exceso de peso tanto para sí mismas como para sus bebés; y por el otro las que se obsesionan con el aumento de peso asociado a la gestación llegando al extremo de comer de menos y ejercitarse intensamente con tal de contrarrestar el engorde típico de esta etapa biológica. 
En los últimos años los especialistas han observado que este último grupo aumenta progresivamente. Tanto es así que el término “pregorexia” alude a este trastorno que se caracteriza por un culto obsesivo por la apariencia y el peso durante el embarazo. 
También conocida como “anorexia del embarazo”, la pregorexia nace de la combinación de “pregnancy” –embarazo, en inglés– y anorexia, desorden de la alimentación que se caracteriza por la presencia de:

  • ayunos prolongados con el propósito de adelgazar,
  • intolerancia a la imagen corporal,
  • actividad física exagerada.

Este trastorno, perjudicial para cualquier persona que lo padezca, es especialmente peligroso para el bebé en gestación y la mujer embarazada, quien vive esta etapa biológica que implica notables cambios físicos con una fuerte carga de estrés, sobre todo si ya tiene problemas con la alimentación o ha padecido anorexia o bulimia en algún momento de su vida. 

Señales y complicaciones
Quienes padecen pregorexia presentan las siguientes señales:

  • No toleran la ganancia de peso ni los cambios corporales.
  • No tienen conciencia de los riesgos reales de la desnutrición durante la gestación.
  • Niegan tener problemas con la comida.
  • Cuentan obsesivamente las calorías.
  • Suelen comer solas para ocultar su conducta.
  • Saltean las comidas o aluden malestares digestivos para evitar comer.
  • Reducción en el consumo de alimentos.
  • Poca ganancia o pérdida de peso durante el embarazo.
  • Inducción al vómito tras las comidas.
  • Fatiga excesiva.
  • Ejercicio excesivo. 

Las consecuencias de este trastorno son diversas y complejas:
Para la mujer:

  • Desnutrición
  • Falta de calcio en los huesos
  • Anemia
  • Alteraciones hormonales
  • Piel seca, agrietada, deshidratada
  • Pérdida excesiva de cabello
  • Cansancio, baja energía
  • Problemas digestivos y cardiovasculares
  • Baja producción de leche materna
  • Parto prematuro

Para el bebé en gestación:

  • Restricción en el crecimiento uterino
  • Disminución del líquido amniótico
  • Bajo peso al nacer
  • Parálisis cerebral
  • Desnutrición
  • Problemas cardiovasculares y digestivos
  • Defectos en el desarrollo de los huesos
  • Muerte fetal intrauterina

Las consecuencias para el bebé dependen del momento de su gestación en que la madre padezca el trastorno. Durante el 1° trimestre, por ejemplo, puede ocasionarle defectos en la formación de su sistema nervioso y malformaciones físicas. Además, suelen tener:

  • menor desarrollo intelectual,
  • diámetro cefálico más pequeño,
  • diversos problemas físicos y emocionales que disminuyen su calidad de vida.

Qué hacer
Como la mujer con pregorexia no suele reconocer los síntomas, la familia juega un papel muy importante para la detección del trastorno.
En caso de dudar sobre la presencia de un trastorno de alimentación durante el embarazo lo más conveniente es buscar ayuda médica para reducir el riesgo de complicaciones.
El obstetra será el primer profesional a consultar, dado que está a cargo del seguimiento de la gestación y puede sugerir el contacto con un terapeuta u otro experto en trastornos de la alimentación.
El tratamiento puede incluir la asistencia a sesiones individuales o grupos de apoyo para interactuar con otras mujeres que padezcan la misma situación. 
La atención nutricional resulta indispensable así como los controles regulares con el objetivo de evitar la pérdida de peso y asegurar la ingesta de los nutrientes indispensables durante el embarazo a través de la alimentación o de suplementos.
A pesar de la complejidad de este trastorno, su seguimiento y una terapia adecuada pueden lograr que la mamá y su bebé transiten el embarazo con menos riesgos.

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