Qué es el TDAH

Cada 13 de julio se conmemora el “Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad”, un trastorno crónico del desarrollo frecuentemente diagnosticado en la infancia y que puede persistir en la edad adulta.
Se caracteriza por problemas en la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo que pueden afectar múltiples áreas de funcionamiento dificultando el desarrollo social, emocional y cognitivo de quien lo padece.
La campaña anual se realiza para ayudar a la sociedad a tomar conciencia ya que el trastorno no tratado a tiempo puede complicarse y ser más difícil de resolver, pudiendo producir daños en la personalidad del niño, adolescente y adulto; entre los que se destacan baja autoestima, depresión, ansiedad, fracaso escolar y pobre adaptación al entorno.

SEÑALES
Para el diagnóstico del TDAH se evalúa que sus principales síntomas (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad):

  1. Se presenten desde una edad temprana: antes de los 12 años.
  2. Tengan una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
  3. Deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento en dos o más ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social.
  4. No sean causados por otro problema médico, un tóxico, droga u otro problema psiquiátrico.

Pese a que pueda existir sospecha clínica en niños de menos de 6 años el diagnóstico de TDAH requiere haber superado esta edad. 

Además, es frecuente que el TDAH se reconozca en los niños cuando comienza la educación primaria, coincidiendo con dificultades en el rendimiento escolar y la presentación de disfunciones sociales.

Los síntomas principales del TDAH son independientes unos de otros. No todos los niños con el trastorno manifiestan los mismos síntomas ni con la misma intensidad.

CAUSAS
A pesar de tratarse de un trastorno complejo, se ha identificado que las causas del TDAH pueden deberse a factores:

  • Genéticos. El TDAH tiene una heredabilidad del 76%. Esto significa que un 76% de los casos tiene base genética y el 24% restante se debe a factores no genéticos. Los estudios han demostrado que los familiares de personas con TDAH tienen un riesgo cinco veces mayor que las personas sin antecedentes familiares de TDAH.
  • Ambientales (prenatales, perinatales, y posnatales). traumatismos craneoencefálicos en la infancia, infecciones del sistema nervioso central, prematuridad, encefalopatía, bajo peso al nacimiento o consumo de tóxicos como el alcohol o el tabaco en el embarazo.

TRATAMIENTO
El TDAH provoca un impacto en la vida tanto de la persona que lo padece como de quienes lo rodean. Cuanto más severos sean los síntomas que se manifiesten, más afectada se verá la vida del paciente.
Para reducir el impacto del TDAH es importante:
– La detección precoz, para reducir los las complicaciones asociadas.
– La concienciación del personal docente para manejar el TDAH en el colegio.
– El tratamiento adaptado a las necesidades de cada niño. En general se recurre a terapia conductual, prescripción de medicamentos y capacitación para los padres.
– Mayor comunicación entre el profesional médico y el profesor para llevar a cabo un tratamiento coordinado.

Además, los adultos a cargo pueden poner en práctica las siguientes recomendaciones para ayudar con la conducta del niño:

  • Crear una rutina. Seguir el mismo horario de actividades todos los días, desde el momento en que se despierta hasta el momento de irse a dormir.
  • Organizarse. Enseñar al niño a guardar en la mochila de la escuela la ropa y los juguetes en el mismo lugar todos los días; de este modo, será menos probable que los pierda.
  • Controlar las distracciones. Apagar la televisión, limitar el ruido y proporcionar un espacio de trabajo limpio cuando hace la tarea escolar. Algunos niños con TDAH aprenden bien si están en movimiento o escuchando música de fondo. Es importante observar al niño y ver qué funciona mejor en su caso.
  • Limitar las opciones. Ofrecer pocas opciones para elegir de modo que no se sienta abrumado ni sobre estimulado. Lo mejor es ofrecer solo entre dos opciones de ropa, de comida o de juguete. 
  • Ser claro y específico al hablar. Hágale saber que lo está escuchando mediante una descripción de lo que su hijo dijo. Dé indicaciones claras y breves cuando el niño tenga que hacer algo.
  • Ayudarlo a planificar. Divida las tareas complicadas en pasos más simples y cortos. Para las tareas largas, comenzar con tiempo y hacer pausas puede ayudar a limitar el estrés.
  • Utilizar metas y recompensa. Utilice una tabla para enumerar las metas y registrar las conductas positivas, luego hágale saber que lo hizo bien diciéndoselo o recompensándolo de otra manera. Asegúrese de que las metas sean realistas, ¡los pasos pequeños son importantes!
  • Imponer disciplina de forma eficaz. En lugar de alzar la voz o pegarle use tiempo fuera o quítele privilegios como consecuencia de comportamientos inapropiados.
  • Crear oportunidades positivas. Hay ciertas situaciones que a los niños con TDAH les pueden resultar estresantes. Descubrir qué es lo que su hijo hace bien y animarlo a hacerlo (ya sea en la escuela, deportes, arte, música o juegos) puede ayudar a crear experiencias positivas.
  • Proporcionar un estilo de vida saludable. Es importante ofrecer comida nutritiva, asegurarse de que haga mucha actividad física y que duerma lo suficiente para evitar que los síntomas de TDAH empeoren.

FUENTES
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades

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