Sabañones: qué son y cómo prevenirlos

El eritema pernio, más conocido como sabañón, es una inflamación debajo de la piel de la nariz, las orejas, los dedos de las manos o de los pies, muy frecuente en invierno o en regiones de clima frío.
A causa de las bajas temperaturas, la mala circulación y/o el uso de ropa y zapatos inadecuados que impiden la buen flujo sanguíneo, se provocan lesiones que pueden durar días a semanas, que se presentan en forma aguda (repentina) o crónica y desaparecen completamente durante el verano.

 Si bien la mayoría de las veces obedece a causas climáticas, es importante la consulta médica para descartar que el cuadro sea secundario a una enfermedad sistémica como Lupus, entre otras.

Señales
Las más frecuentes son…

  • Picazón.
  • Ardor.
  • Dolor.
  • Frío al tacto.
  • Enrojecimiento.

Etapas
El proceso inflamatorio es progresivo y cuenta con las siguientes etapas:

  • 1º grado: sensación de hormigueo y ardor en la zona afectada; la piel se torna violácea y sobreviene una intensa picazón. En busca de alivio la persona se rasca irritando y acentuando los síntomas de lesión.
  • 2º grado: se produce una notable hinchazón, la piel se torna hipersensible y se forman pequeñas ampollas que, al abrirse, pueden producir ulceraciones y complicaciones infecciosas.
  • 3º grado: se presentan úlceras en la piel que exigen un tratamiento médico debido al alto riesgo de infección.

Tratamiento
Aunque en la mayoría de las personas este tipo de inflamación no lo requiere, en lesiones de 2º y 3º grado es posible que su médico le prescriba fármacos vasodilatadores para favorecer la irrigación sanguínea y antibióticos para contrarrestar la infección.
En algunos casos puede tratarse del Síndrome de Raynaud, afección en la cual las temperaturas frías o las emociones fuertes causan espasmos vasculares que bloquean el flujo sanguíneo a los dedos de las manos y de los pies, las orejas y la nariz.

Cómo prevenir

Además de evaluar el estado de la circulación sanguínea, se recomienda…

  1. Evitar la exposición al frío y el contacto de las manos con hielo u objetos muy fríos o congelados.
  2. Evitar el cigarrillo y los ambientes donde se fume ya que la nicotina produce una vasoconstricción (estrechamiento de los vasos sanguíneos) que dura con la ingesta de cada cigarrillo, una hora aproximadamente.
  3. No permanecer mucho tiempo al aire libre sin moverse. Si tiene que hacerlo, realizar algún movimiento para activar la circulación sanguínea: caminar, dar saltos pequeños en el lugar, mover brazos y piernas en círculos.
  4. Usar ropa y calzado para proteger las zonas más sensibles a la pérdida de calor (cabeza, cuello, nariz, orejas, manos y pies): gorro, guantes, orejeras, bufanda y zapatos que no permitan el ingreso de la humedad. Evite que la ropa y los accesorios opriman el cuerpo dado que esto dificulta la correcta circulación sanguínea.
  5. Realizar ejercicio físico para mejorar la circulación en los pies, dificultad más común en personas sedentarias.
  6. Comer sano. Una dieta rica en hortalizas y frutas y con una dosis adecuada de vitamina D, ayuda a mejorar la circulación.

La vitamina D se produce en la piel principalmente por la acción de los rayos del sol.  La exposición a la luz solar aporta aproximadamente el 90% de la cantidad necesaria. Además, se encuentra en los alimentos: lácteos enteros o descremados fortificados, vísceras, aceites de hígado de pescado, pescados grasos y yema de huevo. Ingerir estas fuentes y tomar 15 minutos de sol a diario exponiendo los antebrazos, por ejemplo, le asegura una adecuada dosis de este nutriente tan importante para su salud.

Asesoramiento:
Dra. Susana Mazzarino, Directora Médica
Dr. Facundo Pellicari, Médico de Familia

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