Cerebro & ajedrez: Jaque mate al sedentarismo neuronal

El ajedrez favorece el fortalecimiento de varias habilidades mentales y, además, colabora con el desarrollo del pensamiento científico ya que los jugadores someten sus jugadas a un constante razonamiento que prueba sus hipótesis acerca de la próxima movida del contrincante. 
Considerado “deporte” por el Comité Olímpico Internacional, además de mejorar la socialización y el respeto por las normas, tiene importantes beneficios para el cerebro. 
Si no aprendió hasta ahora, puede ser su nuevo desafío. 
Si sabe jugar pero no lo hace a menudo, es tiempo de darle un lugar.

Sorprendentes beneficios

  1. Entrena las capacidades cognitivas.  Son las destrezas relacionadas con el procesamiento de la información; entre ellas: atención, percepción, memoria, resolución de problemas y comprensión. El jugador regular mejora en todas ellas, especialmente en su capacidad para tomar decisiones precisas y rápidas bajo presión; sus habilidades lectoras, de lenguaje y matemáticas; su pensamiento creativo y concentración. 
  2. Ayuda a prevenir el Alzheimer. El ejercicio cerebral que favorece el ajedrez previene las enfermedades relacionadas con el deterioro mental asociado a la edad, entre ellas la demencia y el Alzheimer según un estudio publicado en The New England Journal of Medicine.
  3. Ejercita ambos hemisferios cerebrales. Aunque se creía que el juego concentra su actividad en el hemisferio izquierdo (relacionado con el habla y la escritura, la numeración y las matemáticas y el pensamiento lógico), un estudio alemán publicado en la revista PLoS One reveló que tanto jugadores expertos como novatos utilizan ambos hemisferios por igual durante una partida de ajedrez. El hemisferio derecho se encarga de los sentimientos, las emociones, la creatividad y las habilidades de arte y música.
  4. Hace crecer las dendritas. Las dendritas son estructuras de las neuronas encargadas de recibir los estímulos. El ajedrez ayuda a que estas conexiones entre neuronas crezcan favoreciendo la neuroplasticidad cerebral: capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar como resultado de la conducta y la experiencia.

  1. Enseña a planificar y hacer previsiones. Estos juegos de estrategia aumentan el desarrollo de la corteza prefrontal, área responsable de: planificar y anticiparse a los acontecimientos, manejar el autocontrol y el buen juicio.
  2. Ayuda a resolver problemas. Jugar ajedrez implica desarrollar esta habilidad como una condición imprescindible, ya que además de determinar cómo resolveremos las movidas del partenaire se añaden la dificultad del tiempo.
  3. Incrementa la capacidad lectora. Un estudio llevado a cabo en 53 colegios primarios de Nueva York demostró que los niños que participaron en el programa de ajedrez durante 2 años mejoraron ampliamente su capacidad lectora, sobrepasando la media nacional.
  4. Facilita la concentración. Esta condición es otra de las esenciales en un jugador, ya que es una disciplina que requiere de gran concentración, en la que los competidores pueden quedar absortos durante horas tratando de resolver una partida, ignorando todo lo que está pasando a su alrededor en esos momentos.
  5. Mejora la socialización. A diferencia de otro tipo de retos y ejercicios mentales, estimula la relación personal. Siempre, claro, que no juegue con su computadora. Para los expertos, como se trata de un juego que se practica con otra persona, también tiene el beneficio de la interacción social.
  6. Entrena la habilidad para aprender a ganar y perder. Por supuesto, a todo el mundo le gusta ganar, pero es igualmente importante aprender a aceptar la derrota. Es precisamente el aprender de esas derrotas y aprovecharlas lo que diferencia a un buen jugador. Al igual que en la vida real, necesitamos volver a ponernos en pie tras un fracaso y salir de él más fuertes y sabios. Ganar con elegancia es una cualidad que nos puede enseñar el ajedrez.

 

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