Tiroides: señales y consecuencias de la disfunción

La tiroides es una glándula que tiene forma de mariposa. Está ubicada en la base de la cara anterior del cuello, abajo de la nuez de Adán, justo por encima de la tráquea.
Produce hormonas tiroideas -tiroxina (T4) y triyodotironina (T3)- que influyen en el funcionamiento de la mayoría de los órganos incluyendo el corazón, el cerebro, el hígado y la piel y regulan el metabolismo, es decir, el modo en que el cuerpo obtiene energía de los alimentos que se ingieren.
En consecuencia, el organismo de las personas que tienen una enfermedad tiroidea consume la energía más lenta o más rápidamente de lo normal. Esta situación puede clasificarse en:

  • Hipertiroidismo: forma menos común en que la glándula tiroides es demasiado activa por lo que produce más hormonas tiroideas de las que el cuerpo necesita. Provoca pérdida de peso involuntaria y aumenta la frecuencia cardiaca y la sensibilidad al calor.
  • Hipotiroidismo: enfermedad tiroidea más frecuente, se presenta cuando la glándula tiroides no es lo suficientemente activa. Al no producir la cantidad necesaria de hormonas, los procesos corporales funcionan con lentitud, se aumenta de peso en forma involuntaria, provoca fatiga y tiene dificultad para soportar bajas temperaturas.

El hipotiroidismo es una enfermedad frecuente que afecta a 1 de cada 10 mujeres mayores de 50 años. Sin embargo, muchas no reciben el diagnóstico y tratamiento adecuados.

Complicaciones
Si el hipotiroidismo no se diagnostica en forma precoz o no se trata adecuadamente, puede generar:

  • Insuficiencia cardiaca.
  • Hipertensión arterial.
  • Dislipemia (desorden en las grasas sanguíneas: colesterol y triglicéridos).
  • Anemia
  • Alteraciones del ciclo menstrual.
  • Alteraciones de las funciones respiratorias.
  • Desórdenes gastrointestinales, neurológicos, endócrinos, metabólicos y renales.
  • Deficiencia en el crecimiento.
  • Glaucoma.

Diagnóstico
Como los síntomas de hipotiroidismo suelen ser similares a los de otras enfermedades, su médico estudiará su historia clínica, le hará un examen físico y le pedirá exámenes de sangre.
La prueba de la TSH (hormona estimulante de la tiroides) es la más importante y sensible porque mide la cantidad de tiroxina (T4) que se le pide producir a la tiroides. Una TSH anormalmente alta significa hipotiroidismo, porque revela que se le pide a la tiroides producir más T4 ya que no hay suficiente de esta hormona en la sangre y, como consecuencia, la actividad metabólica es más lenta.

Tratamiento
Aunque el hipotiroidismo es una enfermedad crónica (no tiene cura), la mayoría de las personas puede controlar sus síntomas y evitar las complicaciones siguiendo el tratamiento de reemplazo hormonal cuyo objetivo es ayudar a la glándula tiroides a alcanzar un nivel normal en las hormonas que secreta.
Para conseguirlo, el médico receta píldoras de tiroxina sintética (una hormona exactamente igual a la T4 que produce normalmente la glándula tiroides). El único riesgo proviene de tomar demasiada o muy poca tiroxina:

  • Si toma muy poca, el hipotiroidismo persistirá.
  • Si toma demasiada, desarrollará síntomas de hipertiroidismo.

Para evitar estas complicaciones, una vez establecida la dosis adecuada de tiroxina, la prueba de TSH puede hacerse una vez al año. Sin embargo, debe volver a consultar a su médico cuando…

  • Sus síntomas reaparecen o empeoran.
  • Aumenta o pierde mucho peso.
  • Debe ser medicado con algún otro fármaco, ya que es posible que necesite un ajuste en la cantidad de tiroxina.

Asesoramiento:
Dra. Susana Mazzarino, Directora Médica
Dr. Facundo Pellicari, Médico de Familia

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