¡Alerta diabetes! La glucemia no se toma vacaciones

Llegan las vacaciones y los horarios se modifican, los hábitos del resto del año se toman un descanso y aquellas rutinas que te ayudaron a controlar tu salud empiezan a aflojarse. 
Para las personas con diabetes, este libre albedrío puede hacer peligrar el delicado equilibrio de la glucemia -azúcar en sangre- favoreciendo su aumento y la aparición de ciertas complicaciones tales como la hiperglucemia.

De qué se trata
Se conoce como hiperglucemia al elevado nivel de azúcar en la sangre. 
Suele presentarse cuando el organismo produce muy poca insulina o es incapaz de utilizarla de manera apropiada. 
Los síntomas más frecuentes deben alertarte acerca de la necesidad de revisar tus hábitos para retomar el control eficaz de la enfermedad.

  • Boca seca            
  • Mucha sed
  • Fatiga
  • Migraña
  • Visión borrosa    
  • Orina frecuente 

Factores de riesgo
Entre las causas que favorecen un aumento del azúcar en sangre se encuentran:

  • No respetar la alimentación recomendada por tu médico: ¿comiste en exceso en las últimas horas?
  • Disminuir la cantidad de ejercicio diario: ¿te olvidaste de hacer ejercicio, cambiaste la hora o hiciste más actividad de la habitual?
  • Alterar la ingesta de la medicación (si tomás alguna): ¿salteaste la última dosis o tomaste muy poca?

Por eso, para evitar este cuadro, es importante mantener en equilibrio estos tres factores: ALIMENTACIÓN – EJERCICIO DIARIO – MEDICACIÓN.

8 recursos saludables
Frente a señales de hiperglucemia conviene concurrir a una guardia médica para que un profesional te ayude a realizar ajustes en la alimentación y rutina de ejercicios y te brinde recomendaciones para mejorar el autocuidado responsable de tu salud.
Las pautas que podés poner en práctica todo el año y principalmente durante las vacaciones, las compartimos a continuación. Disfrutar del tiempo libre no es sinónimo de recaída.

  1. Si vas a pasar un día al aire libre (en la playa o en un picnic), preparate en el bolso algunas frutas frescas como colación. También podés llevar ensaladas con 2 cdas. de semillas de girasol o sésamo ya incorporadas al recipiente.
  2. No te olvides de hidratarte «antes» de sentir sed. Para lograrlo, siempre llevá agua mineral, soda, aguas saborizadas light, gaseosas light y jugos de fruta light.
  3. Si prevés que en el lugar que vas a ir no vas a poder contar con quioscos o restaurantes cercanos y sabés que te vas a quedar hasta la hora de la merienda, optá por prepararte un sándwich de pan integral tipo árabe con queso magro, lechuga y tomate, por ejemplo.
  4. No te olvides que un puñado de frutas secas con un yogur descremado que puedas conseguir o llevarte en una heladerita portátil es otra buena opción para evitar pasar muchas horas sin comer.
  5. Si en el lugar de veraneo salís a comer afuera, al elegir el menú pensá qué prepararías para comer si estuvieras en tu casa, y siempre incluí algún vegetal en el plato, ya sea crudo o cocido.
  6. Durante las vacaciones es muy probable que te olvides del trajín laboral y hasta le des un descanso a tu reloj para despejarte de la rutina. No cometas ese error con tu glucemia: programá una alarma en el celular para medir la glucosa y/o ingerir algún alimento.
  7. Llevá en tu bolso de viaje kits para medir la glucemia con una muestra de la sangre en el dedo. Así será mucho más fácil controlarse mientras estés de viaje, en una excursión o tomando sol.
  8. Aunque no lo parezca, al estar de vacaciones es posible que hagas más actividad física que la habitual por las largas caminatas que se suelen dar recorriendo lugares nuevos o dando un paseo bajo la luz del sol o en un atardecer por la playa. Como esto puede repercutir en el equilibrio de tu glucemia, es fundamental realizar una medición después de una larga actividad. Si, en cambio, tu descanso es más sedentario y tu nivel de actividad se reduce vas a tener que redoblar el esfuerzo y ganarle a la pereza. Recordá que la actividad física ayuda a controlar tu diabetes.
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