Vitamina D: tu aliada de las defensas y el bienestar

La vitamina D desempeña un papel fundamental en nuestra salud, y su importancia se destaca especialmente durante la temporada de invierno. 
Durante estos meses, la exposición al sol se reduce debido a los días más cortos y al clima frío, lo que puede llevar a deficiencias de vitamina D en muchas personas. 
Para reconocer su importancia te contamos cuáles son sus funciones, dónde se encuentra en los alimentos y cómo asegurar niveles adecuados para mantener una buena salud.

Funciones y fuentes alimentarias de la vitamina D
La vitamina D es esencial para el funcionamiento óptimo del cuerpo. Entre sus funciones clave se encuentran:

  • Promoción de la absorción de calcio y fósforo, esenciales para la salud ósea.
  • Contribución a la función muscular y neuromuscular.
  • Regulación del sistema inmunológico.
  • Mantenimiento de la salud cardiovascular.
  • Participación en la salud cerebral y mental.

La principal fuente de vitamina D es la exposición al sol. Cuando la piel es expuesta a la luz solar, nuestro organismo produce vitamina D de forma natural. Sin embargo, en invierno, los niveles de exposición solar pueden ser insuficientes para mantener niveles adecuados de vitamina D. 
Las fuentes alimentarias incluyen pescados grasos (como el salmón y la caballa), yema de huevo, hígado y alimentos fortificados con vitamina D, como la leche y los cereales.

La falta de exposición solar adecuada en invierno puede llevar a niveles bajos de vitamina D en el organismo. Algunos factores que aumentan el riesgo de deficiencia de vitamina D incluyen el uso excesivo de protector solar, la edad avanzada, la piel más oscura, el uso de vestimenta que cubre la mayor parte del cuerpo y ciertas condiciones de salud que pueden afectar la absorción de este nutriente.

Beneficios y recomendaciones

Mantener niveles óptimos de vitamina D en invierno es esencial para la salud general. Algunos beneficios incluyen:

  • Fortalecimiento de los huesos y prevención de enfermedades óseas, como la osteoporosis.
  • Apoyo al sistema inmunológico y reducción del riesgo de infecciones respiratorias.
  • Mantenimiento de la función muscular y prevención de caídas y fracturas.
  • Reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • Apoyo a la salud cerebral y mental y prevención de enfermedades neurodegenerativas.

Para asegurar niveles adecuados de vitamina D en invierno, es conveniente:

  • Obtener exposición solar limitada, pero regular: aprovechar los momentos de sol durante el invierno para exponer tu piel al sol, preferiblemente al mediodía, cuando los rayos son más fuertes y la síntesis de vitamina D es más efectiva. Aunque la cantidad necesaria puede variar según la ubicación geográfica y el tono de piel, se recomienda de 10 a 30 minutos de exposición solar al día. Es suficiente con dejar los antebrazos al descubierto y detrás de una ventana.
  • Consumir alimentos ricos en vitamina D: pescados grasos, yema de huevo, hígado y alimentos fortificados.
  • Considerar suplementos de vitamina D: si no se obtiene suficiente vitamina D a través de la exposición solar y la alimentación, consultá con tu médico sobre la posibilidad de tomar suplementos. El profesional podrá determinar la dosis adecuada según tus necesidades.

Asegurar niveles adecuados de vitamina D mediante la exposición solar limitada, la alimentación equilibrada y, en algunos casos, los suplementos, puede ayudar a mantener una buena salud ósea, fortalecer el sistema inmunológico y promover el bienestar general. 
Consultá siempre con un profesional para obtener recomendaciones personalizadas.

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