¿Sentís cansancio o fatiga? Cuáles son las diferencias y cómo evitarlos

Durante la temporada de invierno, es común que muchas personas experimenten una sensación de fatiga y cansancio constante. 
Los días más cortos, el clima frío y la falta de luz solar pueden afectar nuestro nivel de energía.
Aunque solemos usarlos como sinónimos, ‘cansancio’ y ‘fatiga’ son términos que refieren a sensaciones distintas:
Cansancio: sensación de agotamiento físico o mental que generalmente se experimenta después de un esfuerzo físico o mental intenso. Es una respuesta normal del cuerpo y se puede aliviar con descanso adecuado y sueño reparador.
Fatiga: sensación persistente de falta de energía, agotamiento y debilidad que no mejora significativamente con el descanso. Puede afectar tanto el cuerpo como la mente y puede interferir en las actividades diarias y la calidad de vida.

Síntomas y medidas de alerta 
Si experimentás los siguientes síntomas de forma persistente, es recomendable buscar atención médica:

  • Fatiga extrema que no mejora con descanso adecuado.
  • Dificultad para realizar tareas cotidianas debido a la falta de energía.
  • Sensación de debilidad generalizada en el cuerpo.
  • Pérdida de apetito o cambios en el peso sin motivo aparente.
  • Dificultades de concentración y memoria.
  • Dolores musculares o articulares persistentes.
  • Cambios en el estado de ánimo: tristeza, irritabilidad o ansiedad.
  • Problemas de sueño: insomnio o somnolencia excesiva.
  • Aparición de otros síntomas físicos inexplicables.

Tu médico es indispensable para obtener un diagnóstico adecuado y descartar posibles condiciones subyacentes, como anemia, trastornos hormonales, trastornos del sueño, enfermedades crónicas u otras afecciones que podrían estar contribuyendo a la fatiga persistente.

Qué hacer
Poner en práctica las siguientes estrategias te permitirá combatir la fatiga y el cansancio en invierno, mantener un estado de ánimo positivo y disfrutar de una mayor vitalidad.

  1. Alimentación saludable. Consumir una dieta equilibrada y nutritiva es fundamental para mantener altos niveles de energía. Para ello es importante incluir alimentos ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas sin grasa (huevo, carnes magras, pollo, pescado, lácteos descremados). Evitá los alimentos procesados y ricos en azúcares, ya que pueden provocar fluctuaciones en los niveles de energía.
  2. Hidratación. Aunque puede ser tentador tomar bebidas calientes en invierno, el consumo suficiente de agua fresca y potable contribuye al funcionamiento óptimo del cuerpo y ayuda a combatir la fatiga.
  3. Ejercicio regular. A pesar del clima frío, es importante mantener una rutina de actividad física para aumentar la producción de endorfinas, hormonas que promueven la sensación de bienestar y energía. Elegí actividades que te gusten, como caminar, nadar en una piscina cubierta, bailar o practicar ejercicios en casa.
  4. Descanso. Dormir bien es crucial para combatir la fatiga. Intentá mantener una rutina de sueño regular y asegurate de dormir la cantidad de horas recomendadas para tu edad y necesidades individuales. Un ambiente propicio para el sueño, como una habitación oscura, tranquila y a una temperatura adecuada, puede favorecer un descanso reparador.
  5. Luz natural. A pesar de los días más cortos, tratá de exponerte a la luz natural tanto como sea posible. Abrí las cortinas durante el día para dejar entrar la luz solar en tu hogar u oficina o salí a dar paseos al aire libre cuando el clima lo permita. La luz natural ayuda a regular el ritmo circadiano y mejora el estado de ánimo y los niveles de energía.
  6. Estrés. Si se vuelve crónico, puede agotar nuestra energía. Para evitarlo y aumentar tu vitalidad son útiles las técnicas de manejo del estrés como la meditación, la respiración profunda, el yoga o la terapia cognitivo-conductual.
  7. Ocio y placer. Incluí en tu rutina actividades que te brinden alegría y satisfacción: pasar tiempo con amigos y seres queridos, practicar hobbies, disfrutar de actividades recreativas o reservar tiempo para el autocuidado. Estas experiencias positivas pueden reforzar tu estado de ánimo y energía.

Combatir la fatiga y el cansancio en invierno es posible si adoptás hábitos saludables y realizás ajustes en tu estilo de vida.
Sin embargo, si después de poner en práctica estas claves sentís que no recuperás la energía, es importante que consultes con tu médico.

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