Amamantar a tu hijo es regalarle salud

Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, un evento que sirve para recordar el mensaje de la Organización Mundial de la Salud, entidad que destaca que lo ideal es que el bebé reciba leche materna como alimento exclusivo al menos durante los primeros 6 meses de vida, y que a partir de esa edad se vayan incorporando ciertos nutrientes sin descuidar la lactancia materna, la cual debería prolongarse hasta los 2 años.
Sin embargo sigue siendo alta la población de recién nacidos que recibe sustitutos de leche materna -fórmulas- en forma temprana. Para los expertos, esto se debe a varios factores:

  • Desinformación: muchas madres consideran (erróneamente) que menos tiempo de lactancia es suficiente para asegurar una buena salud en su bebé y otras dejan de dar el pecho afirmando “no tengo leche” aunque la mayoría de las veces esto se debe a cuestiones de la técnica de amamantamiento y no a algún problema de la madre.
  • Trabajo materno: el destete temprano se asocia con la reincorporación laboral de la madre, a los 3 meses del parto.
  • Uso del chupete: distintos estudios sostienen que el chupete usado desde el primer mes de vida ocasiona una “confusión bucal” porque implica una succión distinta al amamantamiento y favorece el abandono de la teta; mientras que otros revelaron que las madres de niños que no usan chupete tienden a amamantarlos más a menudo quizá como reemplazo de este “pacificador” en los momentos de llanto.

En cualquier caso, tener en cuenta desde el embarazo la importancia de amamantar al bebé y prepararse física y emocionalmente para ese momento resulta indispensable para que madre e hijo obtengan todos los beneficios de este acto tan saludable como natural.

Qué aporta la leche materna
La leche materna proporciona en cada mamada la cantidad de agua necesaria para mantener hidratado al bebé. La necesidad está cubierta en todo bebé sano que ingiera alrededor de 200 cc de leche materna por kilo de peso/día.

Contiene, además:

  • Lactosa: fuente importante de energía que, al transformarse en ácido láctico, favorece la absorción de los minerales contenidos en la leche materna (suficientes para cubrir las necesidades del bebé).
  • Calostro: aporte fundamental de defensas y nutrientes.

Entre los nutrientes se destacan:

  • Proteínas: mayor valor nutritivo, digestión más fácil, evita alergias a las proteínas de origen animal.
  • Vitaminas: cuando la mamá realiza una dieta equilibrada le transfiere al bebé todas las vitaminas, incluyendo la vitamina D necesaria para evitar el raquitismo.
  • Hierro: este mineral presente en la leche materna se absorbe en un 50% o más en comparación con el 4% de absorción del hierro de las leches de fórmula.

 

Beneficios para el bebé

    • Ayuda a desarrollar el cuerpo y la inteligencia de los niños.
    • Es suficiente para alimentar y calmar su sed durante los primeros 6 meses.
    • Es buena para la digestión, aumenta las defensas y lo protege contra:
      • Diarreas, cólicos y estreñimiento.
      • Deshidratación.
      • Infecciones respiratorias (bronquitis y neumonía).
      • Alergias.
      • Enfermedades de la piel (granos y salpullido).
      • Sarampión.
      • Cólera, desnutrición.
      • Diabetes, obesidad.
      • Deficiencia de micronutrientes.
      • Algunos tipos de cáncer.
    • Aporta las cantidades necesarias de:
      • Vitaminas: A, C y del complejo B, necesarias para que crezca saludable y esté bien protegido.
      • Minerales: fósforo y calcio, para que tenga huesos sanos y fuertes; hierro, para mantener la energía y prevenir la anemia.
      • Proteínas: para protegerlo contra las enfermedades y favorecer su crecimiento sano y su desarrollo intelectual.
      • Grasas: para que aumente de peso en forma sana y esté protegido contra enfermedades del corazón y de la circulación.
      • Azúcares: Para que aumente su energía y alimente su cerebro.

Beneficios para la mamá

        • Reduce notablemente la hemorragia post-parto, disminuyendo el riesgo de anemia.
        • Acelera la recuperación de la matriz y del útero.
        • Disminuye la congestión de las mamas cuando baje la leche, lo cual evita la fiebre que puede ocasionar el no dar de mamar.
        • Disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovarios.
        • Reduce el riesgo de otro embarazo en el período en que no vuelve la menstruación.
        • Favorece el adelgazamiento.
        • Reduce el cansancio (la madre no debe levantarse a preparar fórmulas ni preocuparse por las infecciones que producen las mamaderas mal lavadas).
        • ¡Es gratis!  Porque se utiliza el recurso natural renovable más valioso.

 

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