Ejercicio en la infancia: rutina para entrenar jugando

Mantenerse físicamente activo es una de las mejores medidas de prevención de enfermedades. Y esto incluye, por supuesto, a los niños y también a los adultos mayores.
Aunque la infancia se caracteriza por más oportunidades para estar en movimiento, en especial a través del juego, el uso excesivo de pantallas a través de celulares, tabletas y videojuegos limita considerablemente la cantidad de tiempo que los niños permanecen activos.
Si te preguntás cuál es la medida “ideal” para los niños, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para la población de 5 a 17 años son las que siguen:

Incluso una actividad física de leve a moderada es beneficiosa.
Lo importante es recordar que no es necesario entrenar para una maratón. Cualquier actividad que implique movimiento será positiva, y que no existe límite de edad para disfrutar de los beneficios.
Además, como mantenerse activo puede ser sinónimo de diversión, compartir en familia estos juegos sacudirán el sedentarismo y aumentarán el tiempo de calidad compartido.

Malabarismos
-En parejas o grupos.
-Material: pelota o globo.
-Desarrollo del juego: los jugadores se separan a unos tres metros de distancia aproximadamente e intercambian pases entre compañeros. Se puede colocar una silla en el medio del espacio simulando la separación de una red.

Voleibol en la mesa
-En parejas.
-Material: 2 pelotas de buen pique + 2 mesas o bancos por equipo.
-Desarrollo del juego: ubicados en hileras, a la señal de comienzo el jugador que tiene la pelota la pasará al otro lado. Si la pelota pica en la mesa sumará un punto. El jugador del otro equipo tiene que devolverla (tipo tenis/vóley). Si la pelota no pica en la mesa cambian de lugar los primeros jugadores que pasarán al final de la hilera para continuar el juego sin interrupciones.

El molesto
-En parejas.
-Material: ninguno.
-Desarrollo del juego: un miembro de la pareja se desplaza por el espacio en todas las direcciones y sentidos que quiera, realizando cambios de ritmo, zigzag, desplazamientos laterales, etc. El otro se convierte en un “molesto”, que ha de seguirle continuamente sin despegarse de su espalda, como si fuera su sombra. Luego se cambia de rol entre el “molesto” y el perseguido.
Aprovechar el tiempo libre compartido con estos u otros juegos no solo sumarán minutos activos y diversión. También representan una oportunidad de disfrutar en compañía de los más chicos, educarlos en hábitos saludables y crear recuerdos memorables que perdurarán por siempre.

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