Claves de alimentación durante la primera infancia

En la Argentina, por consenso médico, se indica la inclusión de semisólidos a partir de los seis meses de vida para completar la lactancia. Hasta los 2 años estos alimentos se consideran complementarios, ya que durante este período un gran aporte de nutrientes conviene que siga proviniendo de la leche materna.
La introducción de alimentos semisólidos es progresiva y el número de comidas diarias va incrementándose mes a mes. Tiene, en un principio, la finalidad de familiarizar al bebé con diferentes texturas y sabores. Por ello es importante incorporar los alimentos de a uno; así podrá apreciarlos por separado y manifestar sus gustos y tolerancias.
El bebé suele tener una tendencia innata a preferir los sabores dulces y rechazar los amargos. También suele mostrar desagrado cada vez que recibe un nuevo alimento. No obstante, gradualmente y ante sucesivas degustaciones, suele aceptarlo. En este proceso de aprendizaje las expresiones de disgusto o preferencia de sus padres ejercerán gran influencia.

Hoy en día si hay algún problema en el peso se agregan azúcar en la leche; o aceite, huevo y manteca en las comidas para enriquecerlas, pero nunca sal. La habituación a lo salado y dulce condiciona a no desear otros alimentos sin estos condimentos además de los problemas que trae a la salud.

Conviene recurrir a los alimentos sólidos y semisólidos que estén al alcance económico de la familia, siempre que sean de fácil digestión y contengan todos los nutrientes necesarios para su crecimiento. Si bien en el mercado existe una gran oferta de productos comerciales de buena calidad, estos no son imprescindibles para la nutrición saludable del niño.
Más allá de esto, hay alimentos que no pueden comer hasta el año de vida; entre ellos: frutilla, chocolate y miel. Por eso es tan importante que consultes con el pediatra para armar el esquema alimentario más saludable para tu hijo.

Recomendaciones alimentarias

  • A los 5 ó 6 meses: purés de frutas (banana y manzana), luego purés amarillos (zapallo y zanahoria) y después de papa.
  • A los 6 ó 7 meses: se agregan los cereales cocidos, mezclados con leche o caldo.
  • A los 7 meses: se suman hígado y pollo mezclados con vegetales cocidos en forma de puré o sólidos. Puede incluirse queso.
  • Después de los 8 meses: se agregan las pastas y se comienza con el huevo y las legumbres bien cocidas, preferentemente en puré.

Para tener en cuenta


Al alimentarlo, tenga en cuenta que le está enseñando hábitos que marcarán la pauta de su alimentación futura.

La importancia de la leche
La leche (entera, descremada, cultivada, condensada) y sus derivados (quesos untables, blandos, duros y semiduros, yogur y ricota), constituyen uno de los grupos de alimentos más completos y nutritivos, por lo que resulta muy difícil de sustituir.
La leche entera es la recomendable entre los 12 y 24 meses de edad porque contiene…

  • Alta proporción de grasas y calorías, fuente de energía esencial para los períodos de rápido crecimiento. La grasa aporta importantes vitaminas como A y D.
  • Colesterol: Ayuda a formar el recubrimiento de las células del cerebro, permitiendo que los más chiquitos lo desarrollen en forma adecuada.

La leche parcialmente descremada se puede empezar a consumir a partir de los 2 años mientras que, alrededor de los 5,  ya puede preferir la versión totalmente descremada. Antes de hacer cualquier cambio en la alimentación de tu hijo, consultalo con su pediatra.

Asesoramiento:
Dra. Susana Mazzarino, Directora Médica
Dr. Facundo Pellicari, Médico de Familia

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