10 claves para nutrir el cerebro de tu bebé

Aunque antes se consideraba al cerebro un órgano estático y rígido, en la actualidad se sabe que es permeable, modificable, dinámico y, por sobre todas las cosas: que tiene una gran capacidad de cambio conocida como neuroplasticidad.
En consecuencia, en ambientes ricos en estimulación, el desarrollo neurológico y cognitivo del niño es mucho mejor y saludable, y el cuidado puede empezar desde la misma cuna ya que los primeros mil días de vida representan la oportunidad única de estímulos y atenciones que marcarán su futuro.
Para colaborar con esta iniciativa, compartimos acciones tempranas con las que ayudarás a tu hijo a desarrollar su mente en forma saludable a medida que crece, ya que conseguir un buen proceso neurobiológico es una tarea que puede empezar a partir de su nacimiento, lo cual además logrará una integración armoniosa y saludable con el medio ambiente que lo rodea.

Aunque antes se consideraba al cerebro un órgano estático y rígido, en la actualidad se sabe que es permeable, modificable, dinámico y, por sobre todas las cosas, que tiene una gran capacidad de cambio conocida como neuroplasticidad. 


En consecuencia, en ambientes ricos en estimulación, el desarrollo neurológico y cognitivo del niño será mucho mejor y saludable, y el cuidado puede empezar desde la misma cuna.

RECOMENDACIONES

  1. Comenzá pronto. El desarrollo empieza en el momento de la concepción. Durante los tres primeros años de vida el cerebro crece más rápidamente y establece los cimientos que el niño necesitará para su aprendizaje.
  2. Sé un ejemplo positivo, juguetón y cariñoso. Las emociones son contagiosas; lo que sientas y le comuniques a tu hijo activa circuitos en el cerebro que hacen que el niño sienta las mismas emociones. El contagio es el equivalente emocional de un resfrío. Si te sentís enojado, disgustado o frustrado, tu hijo contraerá esos sentimientos. Si estos sentimientos son prolongados, el cerebro de tu hijo establecerá un tipo de conexiones neuronales para esos sentimientos negativos en su cerebro y los circuitos para esas emociones se activarán con rapidez.
  3. Dedicá mucho tiempo para jugar con tu hijo. Él/ella necesita establecer un lazo fuerte y el apego toma tiempo.
  4. Prestá atención a su desarrollo moral. Aún los juegos simples enseñan a los niños pequeños lecciones importantes sobre qué tipo de persona queremos que sean. Turnarse, compartir juguetes y escuchar a los demás son destrezas que preparan a los niños a llevarse bien con su entorno y desarrollar la empatía; algo que necesitarán para el jardín de infantes. Satisfacer las necesidades emocionales de tu hijo no significa darle todos los gustos. Para este logro es importante que tengas expectativas morales claras desde el comienzo, sé el ejemplo de lo que esperás de tu hijo y hacé cumplir las reglas claramente, pero con bondad, a medida que crezca.
  5. Abrazalo, acaricialo, acurrúcate a su lado y besá a tu bebé o hijo en edad de aprender a caminar. El tacto y las experiencias físicas también programan el cerebro del niño tanto a nivel físico como emocional. 

  1. Hablá con tu niño. Contestale cuando hace ruiditos o balbucea. Esperá que te responda; es decir, escuchá a tu bebé. Conversá aún si todavía no sabe comunicarse con palabras.
  2. Usá el juego, las actividades plásticas y la música para entretener a tu bebé en vez de la televisión, el celular o cualquier otro tipo de pantallas. Estas actividades generan cambios positivos en el cerebro que son importantes en el futuro para la solución de problemas y el aprendizaje.
  3. Protegelo del estrés y la violencia. El cerebro del niño pequeño es muy sensible. Un niño expuesto al trauma y la violencia de forma prolongada sufrirá cambios permanentes en su cerebro que afectarán su calidad de vida.
  4. Tené rituales. Leéle y cantale a tu hijo todos los días, desde el nacimiento. Establecé un horario fijo para que vaya a la cama, organizá un ritual de actividades a esa hora. Compartan las comidas en familia sin televisión. A medida que crezca, hablen sobre lo que cada uno hizo ese día y cómo se sintieron. Pasen un momento especial juntos después del trabajo o la escuela.
  5. Nunca uses la comida para consolar o entretener a tu hijo. De lo contrario aprenderá a usar la comida como consuelo y no como elemento indispensable para la nutrición.
Recommended Posts